El pasado 19 de julio fue hallado el cuerpo sin vida, de Miguel Blesa en Villanueva del Rey, Córdoba. Según informó Cadena Ser, el expresidente de Caja Madrid se había pegado un tiro en el pecho con una escopeta de caza. Más tarde, la autopsia se encargó de confirmar que así fue. Frente a su vehículo aparcado en la finca Puerto del Toro, apoyó la culata de la escopeta en el suelo y colocó su pecho sobre el cañón. El impacto del disparo hizo que el cuerpo golpeara el capó del coche y acabase tirado boca arriba junto a una de sus ruedas y con la escopeta junto a él.
Blesa, quien había sido condenado por apropiación indebida tuvo un comportamiento algo sospechoso horas antes del trágico suceso. Llegó a la finca donde solía cazar a las dos de la madrugada, algo que sorprendió a su entorno más cercano ya que cuando se desplazaba allí nunca lo hacía tan tarde. Sus únicas posesiones materiales fueron una camisa, una muda y la escopeta.
El exbanquero se fue a la cama, durmió relajadamente 5 horas y a las siete de la mañana desayunó con el guarda del lugar y algunos de los trabajadores. Fue precisamente en ese momento en el que el condenado por el caso de las tarjetas Black preguntó a Rafael Alcaide, uno de los administradores de la finca', si tenía el número de teléfono de su mujer. Ante la negativa de este, Blesa se lo dió "por si pasaba algo". Acto seguido dijo que iba a mover el coche y lo siguiente que escucharon fue un sonoro disparo.
Información reveladora
Este dato ha sido uno de los más reveladores en la hipótesis de que el fallecido tenía claras sus intenciones de acabar con su propia vida. Su mujer, Gema Gámez se encuentra totalmente destrozada y en un profundo estado de shock. La pareja se conoció cuando Blesa abandonó Caja Madrid y se casaron en octubre de 2013. Desde Villanueva del Rey indican que el funcionario visitaba con frecuencia Puerto del Toro y que era un gran amigo de sus trabajadores.