Calaveritas, pan de muerto, adornos multicolores, disfraces y sobre todo, mucha diversión, hacen que Halloween sea una de las fiestas más terroríficas del año. Tanto pequeños como mayores se lo pasan en grande. Es la excusa perfecta para que toda la familia al completo salga a celebrar la fiesta más divertida del año.
En México el día de los Muertos se celebra el 2 de noviembre
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos se encuentran en los antiguas culturas indígenas de los Aztecas, Mayas, Purepechas, Nahuas y Totonacas que durante tres mil años hicieron rituales dedicados a sus ancestros coincidiendo con estas fechas.
Antes de cenar los niños mexicanos salen a pedir la 'calaverita'
La tradición azteca rememora a los niños muertos que alcanzaron a ser bautizados antes de morir. Todos los habitantes se dirigen a camposanto al anochecer para adornar las tumbas, principalmente usando una flor naranja llamada xempazuchitl. En las casas se hace un altar en honor a los parientes difuntos, en los que se colocan fotos de ellos, alimentos y bebidas para que el difunto recuerde sus gustos cuando lo visite de noche.
A los niños les encanta disfrazarse y convertirse, al menos, por un día, en su personaje favorito o el más terrorífico. Este día se celebra con una reunión en casa. Antes de la cena, los niños salen a la calle para pedir su 'calaverita' es decir, un regalo, dinero o una calavera de chocolate o azúcar. Después de la cena, toda la familia degusta el tradicional plato local 'pan de muerto', a base de levadura.