Sin embargo, finalmente falleció. Desde ese momento se convirtió en un símbolo de la persecución contra la comunidad gay de los EEUU. Su familia ha guardado durante todos estos años su cuerpo es sin poder enterrarlo por miedo a que su tumba fuera profanada por grupos ultraconservadores. 20 años después será enterrado en la Catedral Nacional de Washington.
"La ceremonia pretende darle a Matt un lugar para su descanso final. Significa mucho para la familia saber que ahora estará seguro para siempre. Además, estará rodeado de otros héroes y dignatarios estadounidenses, y eso es un honor para toda una vida, uno que Matt se merece", ha comunicado al periódico El Español un portavoz de la la Fundación Matthew Shepard, creada por sus padres después de su asesinato. "Hemos progresado mucho en este país, especialmente con el presidente Obama. Desafortunadamente, ahora estamos viviendo un mundo diferente al que nos habíamos acostumbrado en los últimos tiempos, y en este mundo rebosa el odio desde lo más alto. Claro que tenemos más derechos que hace 20 años. Eso es innegable. Sin embargo, la administración actual está intentando lentamente eliminar los derechos por los que trabajamos tan arduamente", cuenta haciendo referencia a Donald Trump.
Gracias a este caso, más personas conocen la difícil situación de la homofobia
El asesinato de Matthew Shepard puso en evidencia la falta de libertades y derechos que reinaba en los EEUU. "Gracias a este caso, más personas conocen la difícil situación de la homofobia en EEUU y más gente conoce la historia de Matt. Cuando pones cara a un crimen o a un colectivo, te es más difícil odiarlo. Gracias a la historia de Matt y al trabajo de sus padres, ahora hay una ley federal para proteger a estos colectivos", afirman desde la Fundación.