González fue la encargada de recibir, en nombre de Delfín, la Medalla de Oro de la ciudad de Marbella, otorgada al diseñador por su trayectoria profesional y por llevar el nombre de la ciudad en la que se crió por todo el mundo. "Mi pena es que han dado más medallas a otras personas de la ciudad, y estaban aquí todos vivos. David la ha recibido después de fallecer y eso me da mucha lástima", se lamentaba la madre del artista.
De ella heredó el talento para coser, tomando su ejemplo e imitándola en cuanto la veía con un hilo y un alfiler. "Yo era modista, no de profesión oficial, pero hacía ropa por encargo, y él siempre estaba con su aguja y su dedal ahí ayudándome. Siempre le gustó", confesó González al citado medio.
Familia unida
Al evento también asistió Rosa, la hermana de Delfín. Ella lo crió cuando era pequeño y veló por su bienestar durante su cruenta enfermedad. Para homenajearlo, se presentó con uno de los atavíos de la última temporada que el modista lanzó al mercado. "Mira los colores que a él le gustaban el blanco y el azul, es un clásico de su colección y estoy orgullosa de llevarlo hoy por él", comentó la otra hija de González, refiriéndose a las tonalidades del traje.
Rosa reveló que para conmemorar el aniversario de la muerte de Delfín, todos los hermanos se reunirían en un espacio íntimo que, al parecer, guarda una relación especial con algún momento de la vida del modista. "Los cuatro vamos a ir a un sitio que no te puedo decir, y en el que mi madre tampoco puede estar, para recordarle entre nosotros íntimamente. No habrá misa. Es algo mucho más especial", manifestó al mencionado diario.
Dura enfermedad
María González recordaba, con lágrimas en los ojos, cómo fue el momento en el que se enteró de que su pequeño David estaba peleando contra el cáncer. "Vino a pasar la Navidad con nosotros y empezaron todas sus dolencias. "Él siempre ha sido un chico muy sano. El fin de año de 2016, estando aquí en casa, fue a ducharse y empezó con unos dolores muy fuertes en la pierna derecha. Él no sabía lo que era y nada más llegar a Madrid fue al médico y le informaron que padecía tres tumores en el cerebro", narraba la madre del modisto mientras se secaba los ojos.
González acudía frecuentemente a Madrid para cuidar de su hijo, aunque asegura que Delfín se mostraba reacio a que ella lo mirara en ese estado. Él no quería que le viese así. Mi niño sufría por mí. Angelito", confesaba la mujer que más sufre la marcha del diseñador. Todos los presentes echaban la vista atrás para aludir a ese pequeño con tantas ganas de comerse el mundo, dedicando palabras llenas de cariño a uno de los más talentosos creadores que ha podido ver la moda española y que todavía hoy sigue muy vivo en el corazón de las personas, porque como muy bien dijo su hermano José, "uno nunca muere si no se le olvida y aquí estamos todos para recordarle".