ENTREVISTA BEKIA

Lorena Franco: "Mi novela 'El lugar donde fuimos felices' está cargada de subtramas con mucha denuncia social"

Lorena Franco ha publicado su tercera novela, 'El lugar donde fuimos felices', de la que nos habla en esta entrevista.

Lidia Pinilla Villuendas 17 Julio 2022 en Bekia

Lorena Franco es escritora y actriz española y con sus libros ha conseguido captar a 250.000 lectores de todo el mundo. Se inició en Amazon, lo que le llevó a convertirse en una de las escritoras más leídas y mejor valoradas gracias a su novela 'La viajera del tiempo'. Ahora, la autora presenta uno de sus nuevos libros, 'El lugar donde fuimos felices', una historia llena de secretos ocultos que acaban saliendo a la luz entre los, aparentemente tranquilos, habitantes de Llafranc, una bonita localidad de la Costa Brava.

Bekia: 'El lugar donde fuimos felices' es el tercer libro que sacas en 2022, ¿llevas mucho tiempo trabajando en él?

Lorena Franco: Pues lleva dos años esperando ver la luz, así que ha sido un libro que se ha mimado mucho. Sobre todo en el perfil de los personajes, en lo que es la trama y en todo. Se empezó a escribir hace dos años y durante este último año han sido todo correcciones.

B: ¿Cómo aparece la idea de la novela?

L.F.: Lo primero que pensé para esta novela fue la ambientación, en un pueblo de la Costa Brava, y los dos escenarios principales, que son un instituto muy elitista como es Magno y una discoteca muy controvertida como es Faro. Entonces, teniendo la ambientación del pueblo y estos dos escenarios clave, llegaron luego los personajes y todo lo que ocurría, la trama principal cargadita de subtramas con mucha denuncia social, de darle visibilidad a temas como pueden ser el acoso escolar, la trata de blancas... Pero sobre todo 'El lugar donde fuimos felices' es una historia de personajes, también partiendo de la base de que no solamente esos personajes tienen secretos sino que también hay lugares en la trama que tienen también muchos secretos.

B: El papel de Llafranc en la historia es muy relevante, ¿qué hizo que eligieras este lugar para ambientar la historia?

L.F.: Lo elegí porque es un pueblo muy pequeño, de hecho es tan pequeño que no tiene ni colegio ni instituto, de ahí que Magno, que es un instituto ficticio, fuera ubicado en Palafrugell, que está a 10 minutos. Claro, no es lo mismo ubicar un asesinato en una ciudad, que pasa más desapercibido, que en un pueblo donde todos se conocen. Además es un pueblo que en verano está lleno de gente, pero en invierno, que es cuando transcurre la trama, hay muy poquita gente, los que viven ahí y pocos más. Entonces quería eso, un pueblo pequeño, bonito, como es Llafranc, y de gran poder adquisitivo, porque es cierto que ahí se mueve mucha gente de poder.

B: La historia está organizada en pequeñas dosis de información que van llegando a Paula y al lector al mismo tiempo, ¿dirías que Paula y el lector acaban siendo la misma persona?

L.F.: Sí, podría ser, lo que pasa que al final el lector sí que lo termina sabiendo todo, no hay secretos para el lector, pero Paula sí que se queda sin información respecto a algunas cosas que además le incumben mucho. Podría decirse que sí, pero con respecto al tiempo que Paula va recibiendo los diarios y la información del pasado. Es una novela con muchos giros, algunos previsibles, otros menos previsibles, hasta que llega al giro final que todo thriller tiene que tener. Aun así sí que creo que el lector va un pequeño paso por delante de Paula siempre. Ya que la diferencia es esa, el lector termina completando el rompecabezas y a Paula le quedan todavía muchas respuestas a preguntas que ya ni siquiera se formula, porque con respecto a algunos asuntos ha dejado de poner interés.

B: ¿Qué fue lo más complicado a la hora de escribir esta novela?

L.F.: Lo más complicado fue la voz de Blanca, que, sin estar, está muy presente a lo largo de toda la novela y escribir su diario fue complicado, por todo el peso del pasado que ella carga a sus espaldas, por toda la culpa... es una voz muy atormentada, muy delirante. Entonces, yo cada vez que tenía que escribir las partes de su diario lo pasaba muy mal, porque hay partes que, sin caer en el morbo de explicar lo que le pasó, con una simple frase la mente juega contigo y te hace imaginar cosas que no están escritas pero que puedes intuir. Y fue muy complicado, más que nada, por eso, porque era una mujer atormentadísima, ocultaba muchas cosas y escribir como si hubiera escrito ella de su puño y letra ese diario fue muy complicado.

B: ¿De dónde viene el título de la novela?

L.F.: Viene de la frase de Ribeiro que aparece al principio: 'También mueren los lugares donde fuimos felices'. Claro, 'El lugar donde fuimos felices' no es un título muy de thriller, pero yo pensaba en la frase de Sabina 'allí donde fuiste feliz nunca debes tratar de volver' y, finalmente, di con esta frase de Riveiro. Ahí fui donde dije, vale, 'El lugar donde fuimos felices', que no tiene que ser Llafranc y tampoco tiene que ser precisamente un lugar. Yo concibo los lugares o el recuerdo que tengo de esos lugares por las personas que me acompañaron, entonces va un poco en ese sentido, por las personas, por la historia de personajes y por lo que se va descubriendo sobre Blanca, sobre todo.

B: Con tu forma de escribir haces que las emociones y todo lo que viven y sienten los personajes de 'El lugar donde fuimos felices' lleguen al lector, ¿cómo consigues lograr transmitir eso?

L.F.: Pues sufriendo mucho, porque claro, cuando tú estás trabajando en un proyecto no solo trabajas en él cuando estás delante del ordenador, sino que duermes con los personajes o estás viendo la tele y no te enteras de lo que pasa porque estás dándole vueltas a la historia y la próxima escena que toca. Entonces, aunque sé lo que quiero contar y sé hacia dónde quiero ir y sé cómo va a ir toda la trama, me gusta ir conociendo a los personajes sobre la marcha y que todo fluya de una manera muy orgánica y muy natural. No me fuerzo a que, por ejemplo, el final que yo tenía pensado no me cuadre y tenga que ser ese sí o sí, sino que dejo varias vías abiertas y uno de esos finales es el que puede ser. Yo soy de las que cree que si lo que va sucediendo en la novela y el final sorprenden al escritor, al lector mucho más. Pues entonces hago eso, aunque tengo las ideas claras dejo que la trama fluya y piensas en la novela las 24 horas del día y es magia cuando al final lo consigues, porque significa que la historia funciona.