Inconformista, tenaz y ambicioso dentro de las pistas, alegre, extrovertido y feliz fuera de ellas. Así era Marco Simoncelli, el piloto de Honda Gressini fallecido trágicamente el pasado 23 de octubre en el circuito de Sepang. Cinco días después del terrible suceso, Coriano se ha despedido de su habitante más ilustre.
Su novia Kate Fretti y su padre Paolo corrieron veloces hacia la pista. Los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida y a las 16:56 horas, la vida de Simoncelli se apagó en el mismo lugar que tres años antes le vio alzarse como flamante campeón de 250 cc. Inmediatamente 'Il Dottore', su mejor amigo en la parrilla, se llevó las manos al casco y todo el paddock se tiñó de luto al enterarse de la terrible noticia.
Sus compañeros han querido despedir a 'Super Sic'
Un lastre que ya se ha cobrado la vida de cinco pilotos estos últimos 22 años. Atrás quedaron las rencillas disputadas con otros compañeros por su pilotaje agresivo en la pista. 'Super Sic', como le conocían afectuosamente sus más allegados, será recordado como uno de los grandes inconformistas del motociclismo, un joven ambicioso que desde pequeño soñaba con convertirse en uno de los grandes.
Coriano despide a su habitante más ilustre: 'Ciao Marco'
Bajo pancartas de 'Ciao Marco' que inundaban toda la ciudad y camisetas y globos de 'Super Sic' con el número 58, los familiares y amigos de Marco le despidieron en medio de un multitudinario silencio. La expectación fue tal, que muchos de sus seguidores no pudieron llegar a la zona. "Muchos me están enviando mensajes. No os preocupéis si no lográis llegar. Despido yo por vosotros a Sic", publicó Rossi en su Twitter.
El día anterior, miles de personas acudieron a la capilla ardiente instalada en el Teatro Municipal de Coriano, donde residía la familia del italiano, para despedir al piloto. La foto del siempre sonriente Marco junto a la Gilera con la que ganó el Mundial de 2008 y la Honda actual de la categoría reina acompañó el féretro del italiano, el campeón cuyo carácter no dejó indiferente a nadie en la pista.