Con una pandemia de por medio, algunas de nuestras celebridades han retomado sus viajes internacionales y -por lo que sea- un safari por África fue lo que se le antojó a Teresa Andrés Gonzalvo para su luna de miel y a Juanma Castaño para disfrutar de unos días con su mujer. Dos vacaciones por separado, pero demasiado iguales para desgracia de las miles de personas que han tenido que presenciar cómo ambos volvían a caer en el mismo error que años atrás le había costado a Dulceida un buen escándalo público.
Sus diferentes publicaciones en redes sociales no dejaron indiferente a nadie: la influencer enseñando las sandalias que una niño se hacía con neumático, numerosos selfies con otros niños menores de edad, fotos y más fotos asegurando que los lugareños les estaban enseñando el verdadero espíritu del 'Hakuna Matata', que es el idiona swahili significa 'No hay problemas' y se ha populizado en el mundo gracias a la película de 'El Rey León' y hasta diferentes bailes de TikTok con algunos de los trabajadores de su viaje por África a los que consideran ya "de nuestra familia".
Por su parte, Juanma Castaño y su mujer tampoco fueron menos y no dejaron de compartir fotografías con niños menores de edad en sus diferentes redes sociales, aunque el presentador deportivo se ganó un buen aluvión de críticas por lo que él consideró que sería un pie de foto divertido sobre una anécdota del viaje: "Las duchas: teníamos derecho a 20 litros de agua por persona. Helena alegó tener mucho pelo para incrementar su dosis diaria. Por supuesto, lo consiguió [emojis de risa] Gran viaje, gran experiencia y buena conexión, incluso con los que no saben las fotos". Como ya pasó cuando Dulceida hizo su viaje, África es un país en riesgo de sequía por lo que se pide e incluso se limita en consumo de agua. Un post que, por cierto, luego borró.
Dos viajes cortados por el mismo patrón que ha analizado en su cuenta de Twitter el politólogo Pablo Sánchez que trabaja dirigiendo un proyecto de voluntariado con familias refugiadas en el Líbano volviendo a poner de actualidad el concepto del 'salvador blanco'. "La pobreza se convierte en un atractivo turístico y los niños en 'algo con lo que hacerse fotos'", algo que no hace más que dar lugar a "la romantización de la pobreza y su normalización". "La gente quiere comida, techo y trabajo, no tus fotos".