Este ha sido un año complicado para el ya exministro del Interior Jorge Fernández Díaz. No solo sus tareas políticas le han llenado la cabeza de preocupaciones sino que, hace justo un año, le fue diagnosticado un cáncer de hígado. La noticia se ha mantenido en secreto durante todo este tiempo como si de un asunto de Estado se tratase, ya que Fernández Díaz no quería que la información llegase a los medios de comunicación. Tan solo lo puso en conocimiento de sus más allegados y del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien le pidió que aguantase en el cargo hasta el final de la legislatura.
Tal y como ha podido saber El Español, el exministro se ha sometido en los últimos días a dos complejas y largas operaciones y se encuentra a la espera de ver cómo reacciona su organismo ante ellas. El diagnóstico llegó tras una simple visita rutinaria al médico en la que se detectó algo fuera de lo normal. Tras una serie de análisis y exámenes de distintos tipos, el facultativo le comunicó a Fernández Díaz que padecía un cáncer de hígado y le aconsejó que dejase su cargo en el Ministerio y que, como mucho, mantuviera su acta de diputado, situándose así en la política de segundo nivel. Sin embargo, el popular hizo caso omiso a las peticiones de su médico y decidió continuar en su cargo como si nada ocurriese. "No quiso parar. Se había comprometido y no quería fallar a nadie" explica un allegado para el citado medio.
Jorge Fernández Díaz se tuvo que mantener en su puesto más tiempo del esperado pues, tras unas primeras elecciones el 20 de diciembre de 2015 su partido no logró la mayoría absoluta y no pudo formar ejecutivo. En total han sido 315 días de Gobierno en funciones en los que el exministro se ha mantenido firme y ha ejercido sus tareas con total normalidad. Después de que se produjera el traspaso de ministerios a finales del pasado mes de noviembre se llegó a hablar de que Fernández Díaz era el favorito para convertirse en Embajador en el Vaticano, algo que si duda casa enormemente con la religiosidad del político, que es además supernumerario del Opus Dei desde 1997. Sin embargo, este nombramiento no se ha hecho en ningún caso efectivo pues Fernández Díaz no podía retrasar más el tratamiento de su enfermedad. " Él siempre se mostró dispuesto a esperar al cambio de Gobierno, ni se planteó dejarlo" cuentan fuentes cercanas al exministro.
Los últimos meses de gobierno no fueron fáciles para Jorge Fernández Díaz quien, además de tener que compaginar sus compromisos profesionales con la quimioterapia y la radioterapia, se convirtió en el centro de las críticas después de que fueran filtradas unas grabaciones en las que hablaba de Cataluña. En ellas se podía escuchar una conversación entre el exministro y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, sobre cómo combatir el independentismo catalán tomando como referencia los puntos personales más débiles de sus líderes y también de los partidos que lideran el proceso separatista. La oposición exigió la dimisión inmediata del ya exministro que, por su parte, llegó a considerarse víctima de una conspiración. Pedro Sánchez, exsecretario del PSOE afirmaba tajante tras las escuchas: "Lo digo sin aspavientos, de manera moderada. Tiene que abandonar la vida política de este país". Pablo iglesias, por su parte pidió también "dimisiones inmediatas", algo que no llegó, pues Jorge Fernández Díaz aguantó en el cargo hasta la formación del nuevo Gobierno.
En el terreno de lo personal tampoco ha sido un año fácil para Jorge Fernández Díaz pues ha tenido que hacer frente a la muerte de uno de sus hermanos, Juan Antonio, y al fallecimiento hace tan solo un mes y medio de su madre lo que supuso un duro revés para el exministro. "Jorge está muy tocado" admiten desde su entorno pero "ha luchado y sigue luchando". Sin embargo, su alto compromiso político ha puesto su vida en riesgo ya que Fernández Díaz tendría que haber pasado por quirófano mucho antes de lo que lo ha hecho. "Ha demorado las intervenciones quirúrgicas todo lo que ha podido, y se ha arriesgado mucho" ha declarado una fuente cercana al popular.
Recuperándose junto a los suyos
Tras someterse a dos operaciones y permanecer ingresado durante 10 días en una clínica de Pamplona vinculada al Opus Dei, Jorge Fernández Díaz se encuentra por fin en su casa de Barcelona junto a su mujer, María Asunción Cárcoba, y sus dos hijos. A pesar de que la enfermedad a la que debe hacer frente es más que complicada, pues según la American Cancer Society la tasa relativa de supervivencia a 5 años para las personas con cáncer de hígado localizado es aproximadamente del 30.5%, Jorge Fernández Díaz no tira la toalla y se apoya en uno de los pilares fundamentales de su vida, la fe. "En último caso, si todo terminara mal, me encontraría con Dios" ha dicho a su círculo más cercano.