Las mujeres son mayoría
5 días más tarde prometieron su cargo sus 17 ministras y ministros. Por primera vez ha habido más mujeres que hombres, superando al Gobierno paritario de Zapatero que en 2004 supuso una revolución. Ha tenido que volver el PSOE para que las féminas vuelvan a tener su sitio, pero con el añadido de que en esta ocasión hay 11 mujeres y 7 hombres, todo un hito.
Las mujer más poderosa es Carmen Calvo, Vicepresidenta, Ministra de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad. Compartiendo Ejecutivo se encuentran Dolores Delgado, Ministra de Justicia, Nadia Calviño, Ministra de Economía y Empresa, Meritxell Batet, Ministra de Política Territorial y Función Pública, María Jesús Montero, Ministra de Hacienda, Margarita Robles, Ministra de Defensa, Magdalena Valerio, Ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Isabel Celaá, Ministra portavoz de Educación y de Formación Profesional, Reyes Maroto, Ministra de Industria, Comercio y Turismo, Teresa Ribera, Ministra para la Transición Ecológica, y Carmen Montón, Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
Por otro lado, es todavía más importante el guiño que ha realizado a un colectivo tradicionalmente discriminado: el LGTBIQ+. Si las mujeres han estado relegadas, los gais, lesbianas, bisexuales y transexuales mucho más. Nunca ha habido un ministro o ministra abiertamente homosexual en España, y ahora, en 2018, y de la mano del PSOE, dos hombres gais están dentro del Ejecutivo.
El primero de ellos ostenta una cartera tan importante como la del Interior, que es vital para el Estado. Se trata del juez Fernando Grande-Marlaska, un hombre fuerte de la judicatura e ideológicamente más cerca de la derecha, que fue valiente al salir del armario públicamente en un país en el que la homofobia sigue existiendo por mucho que se haya avanzado, y más en determinadas profesiones.
Más llamativo ha sido ver a Màxim Huerta prometiendo su cargo como Ministro de Cultura y Deporte. Su designación ha sido criticada por dos motivos. El primero por su procedencia, al ser periodista que ha tocado varios palos, entre ellos el corazón, y ya se sabe la afición que tienen algunos periodistas de los denominados serios a criticar el periodismo rosa y a los periodistas que se dedican a este campo. También es escritor, y con éxito, por lo que de cultura sabe un rato largo. Por otro lado, se le ha criticado por su poca pasión por el deporte y haber confesado en el pasado que no lo practica. Estas últimas críticas son ridículas, porque ha habido antecesoras y antecesores en el cargo que tampoco eran especialmente apasionados del deporte, o no solían practicarlo mucho. Críticas aparte, su entrada en el Gobierno también es importante.
El heteropatriarcado camina hacia su final
Ser hombre heterosexual en España es fácil, ser hombre homosexual o bisexual, ya no lo es tanto, y que un varón abiertamente gay llegue al Gobierno, o en este caso dos, también es un gran paso. La orientación sexual no debería limitar a nadie ni personal, ni profesionalmente, pero desgraciadamente lo hace, y muchos hombres y mujeres deben llevarlo en secreto para no resultar perjudicados. ¿Debería ocurrir? No. ¿Ocurre? Lamentablemente sí. ¿Servirá que dos hombres gais sean ministros para que la homofobia sea cosa del pasado? Quizás no de forma inmediata, pero igual que cada vez más mujeres pueden acceder a puestos de responsabilidad por su valía y sin ser discriminadas, cada vez más gais, lesbianas, bisexuales y transexuales podrán hacer lo mismo. Llegar a lo más alto en todos los campos, gracias a su valía, y no quedarse por el camino por ser simplemente distintos cada vez es más fácil, pero en algunos casos es más complicado que para los heterosexuales. El Gobierno de Pedro Sánchez, dure lo que dure, es todo un avance. Si no ha muerto, al menos se puede decir que el heteropatriarcado está cada vez más cerca de su final.