Un hecho sin precedentes modernos
El Papa Francisco será el encargado de presidir el funeral, en lugar de hacerlo el decano del colegio cardenalicio, un hecho histórico que no ha sucedido en más de seiscientos años. La novedad reside en la renuncia del papa Benedicto XVI a su cargo en 2013, tras ocho años como pontífice. A diferencia de lo que había ocurrido hasta el momento, ya existe un sucesor nombrado, por lo que será él mismo el encargado de despedir a su antecesor y oficiar las ceremonias pertinentes. Tras el entierro tampoco se llevará a cabo la ceremonia según la cual se elige al próximo papa, por motivos obvios. Los restos fúnebres de Benedicto XVI serán enterrados en tres ataúdes, una costumbre típica de los funerales papales.
Según los ritos litúrgicos que establecen los pasos a seguir en caso de fallecer un pontífice, el cuerpo debe ser depositado en primer lugar en un ataúd de madera de ciprés forrado con terciopelo carmesí, posteriormente, ese ataúd se introduce dentro de otro féretro, esta vez construido de plomo y cerrado con cordones de seda. Antes de meterse en el tercer ataúd, los cordones se sellan con cera moldeada con el escudo de armas del papa fallecido, en este caso, Benedicto XVI. El tercer y último féretro está construido en madera de olmo. Junto al cuerpo del papa se introduce un pergamino donde se escribe, en latín, los hechos más destacados de su reinado como papa, así como tres bolsas de piel con monedas de oro, plata y cobre.
La alarma por el estado de salud del Papa Emérito saltó hace tan solo unos días, cuando el 28 de diciembre el Papa Francisco pidió orar por él y anunció que se encontraba "muy enfermo". Ese mismo día el pontífice recibía el sacramento de la extremaunción. Poco después sería Matteo Bruni, portavoz de la Santa Sede, quien comunicaría que la situación del Papa Benedicto XVI se había "agravado a causa de su avanzada edad", presagiando ya el posible fallecimiento del Pontífice. Finalmente, este sábado 31 de diciembre de 2022, el 265º papa de la Iglesia católica ha fallecido en el monasterio Mater Ecclesiae, en el que ha vivido durante sus últimos 10 años.