El autor presentó su novela en un lugar que descubrió cuando 'Antes se secará la tierra' ya existía, pero del que quedó prendado y en el que imagina como el Pazo de los Castronavea, la familia protagonista. Se trata del Pazo de Lourizán, una joya ubicada a dos pasos de Pontevedra que impresiona por su decadente monumentalidad y que necesita inversión para no solo mantener lo que tiene, sino para recuperar el esplendor con el que contó en otros tiempos.
Y allí, en los terrenos del Pazo de Lourizán, Fernando J. Múñez participó en un 'Ha venido a hablar de su libro' muy especial al salir del plató y tener lugar en un escenario tan majestuoso. En la entrevista que puedes ver en este vídeo, el autor manifestó cómo la muerte de su abuela le llevó a crear esta historia con la que homenajear sus raíces gallegas, utilizando además al personaje de Yeya como un tributo a la madre de su madre. El fallecimiento de su querida abuela gallega le hizo plantearse la necesidad de construir una historia que honrara sus raíces gallegas y a esa mujer que tanto le marcó y que tanto amor le dio.
Además de hablar de los Castronavea y los Ordás, de esas dos familias enfrentadas desde una tragedia para la que se inspiró en una tragedia real, la Catástrofe de Aberfan, que ya conocía antes de haberla visto reflejada en 'The Crown', reconoció que le gustaría que 'Antes se secará la tierra' fuera adaptada como serie, igual que ocurrió con 'La cocinera de Castamar', pero primero le "interesa que la novela encuentre su espacio en los lectores".
Pregunta obligada fue en qué ve Fernando J. Múñez que no ha cambiado tanto la sociedad como debería desde el siglo XIX, época en la que se desarrolla 'Antes se secará la tierra': "Todavía quedan muchos sesgos, muchos prejuicios sobre cosas que estaban en el XIX y que siguen estando en la sociedad como la homosexualidad, el techo de cristal de las mujeres, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Todo esto todavía sigue siendo una lucha. No estamos equiparados, no estamos en una situación social ideal en la que todos somos iguales, no todos somos iguales. La permeabilidad de las clases es mucho mayor que en el siglo XIX, pero no es lo mismo nacer en un arrabal que con unos posibles o con un título debajo del brazo. Las condiciones en las que uno nace influyen. No es lo mismo nacer en un arrabal que con dinero y un título", finalizó el autor.