ENTREVISTA BEKIA

Fernando Benzo: "Mi objetivo es que todo el que entre en el mundo de 'Los perseguidos' se quiera quedar en él hasta el final"

'Los perseguidos' es una novela escrita por Fernando Benzo en la que vamos a adentrarnos en un thriller y en el suspense más absoluto.

Raquel Alonso Sánchez 22 Abril 2023 en Bekia

Fernando Benzo es el autor de 'Los perseguidos', una nueva novela que arranca en los 70 con unos vulgares ladrones del barrio de San Blas que van a llegar muy lejos, cruzando sus vidas con la de Daniela, una periodista que seguirá su instinto llegando a poner en peligro su vida. Sin duda, se trata de una gran novela en la que la acción está asegurada hasta la última página y que, además, ha sido galardonado con el Premio Azorín 2023.

Bekia: En primer lugar quiero felicitarte por el Premio Azorín que has ganado recientemente por 'Los perseguidos'. ¿Cómo lo has recibido?

Fernando Benzo: Lo he recibido con mucha alegría y mucho orgullo, la sensación de que un jurado entre muchas obras, en este caso más de 200 novelas sentadas a un premio, elijan la tuya pues evidentemente, lo que es por encima de cualquier otra cosa es un orgullo, la sensación de que alguien considere que lo que tú escribes merece la pena. Genera también una enorme seguridad, por lo menos te reduce la inseguridad que tiene cualquier autor.

B: Es verdad que no es el primer premio que recibes, ni mucho menos. Recibiste uno a los 23 años. Es un auténtico logro.

F.B.: Cuando empecé a escribir había un enorme circuito de premios menores, muchísimos Ayuntamientos, Cajas de Ahorros, etc, que convocaban premios literarios. Con lo cual, los que empezábamos a escribir, la forma de dar a conocer lo que estábamos haciendo era presentarse a estos premios. Yo me presentaba a muchos de cuento, de novela y me fue muy bien. Luego ya no lo vi necesario y dejé de presentarme. Tenía una asignatura pendiente en ese sentido que era el Premio Azorín. Yo me había presentado de jovencito, no lo había ganado lógicamente además, pero siempre me había quedado esa cosa de un premio que me gustaba mucho, que tenía un halo literario muy bonito. Cuando escribí esta obra dije pues ahora es el momento de volver a probar suerte en un premio y evidentemente el premio que me vino a la cabeza fue el Azorín.

B: Llegamos al Premio Azorín y lo consigues con 'Los perseguidos'. ¿Creías que esta novela iba a dar tan buen resultado como para lograr este premio?

F.B.: Uno sabe cuando escribe, más o menos, cuando una historia cuaja. Yo la sensación que tuve con 'Los perseguidos' nada más terminarla fue que era una historia potente, con muchos matices, una historia muy entretenida, con mucha fuerza y que, evidentemente, podía tener un recorrido literariamente interesante. Ese recorrido era empezarlo por la vía de un premio. No es la meta, es el punto de partida para llegar al mayor número de lectores posible.

B: Vamos a hablar de la novela en sí. 'Los perseguidos' comienza con una persecución al más puro estilo cine quinqui. Cuéntame un poco cómo surgió esta idea.

F.B.: Estaba tomando un café con un amigo y le dije que quería escribir una historia de macarras. Me miró con una cara muy rara de 'no sé qué tendrás en la cabeza pero no te pega mucho'. El caso es que de esa frase empezó esto, que es una historia originariamente de unos quinquis, de una banda de macarras madrileños de los años 70, pero que la novela les acompaña durante 40 años de su vida. Luego entran en el mundo del tráfico de drogas, del tráfico de armas, entran en conexión con las redes mafiosas internacionales, la corrupción política, judicial... Esa historia inicial de una historia de macarras se convierte en la historia de un grupo de personajes durante 40 años de su vida.

B: Por un lado, el cine quinqui como comentábamos habrá sido una referencia, pero ¿qué otras referencias has tenido a la hora de escribir esta novela?

F.B.: El cine quinqui es una referencia inicial. Se abandona como a las 50-60 páginas pero evidentemente a mí me resultaba muy atractiva esa estética quinqui, ese punto de partida en la adolescencia de los personajes, arrancar ahí me resultaba enormemente atractivo. A partir de ahí, he tenido todo tipo de influencias que se me han cruzado a lo largo de los años por la cabeza y que me han acompañado siempre. Creo que hay una enorme influencia de la novela negra americana, de las películas de Scorsese, un puntito Tarantino en algún momento. También se plasman lecturas que me han marcado mucho de hace unas décadas como Vázquez Montalbán, Juan Marsé, esas novelas policiacas o sociales que a mí en su día me gustaron mucho. Creo que en algunos momentos de la construcción de estos personajes, todo esto aparece por ahí y se entrecruza.

B: En esta novela plasmas dos historias que se van desarrollando cada una por su lado y luego termina todo cruzándose. Por un lado, la banda de quinquis y, por otro, la periodista. Cuéntame por qué decidiste plantearla así.

F.B.: La novela contiene dos historias que acaban teniendo conexión. Están, por un lado, esos 40 años de evolución de una banda de delincuentes y, por otro lado, es una segunda novela por así decirlo que es una historia de presente. Una periodista que decide investigar una trama de corrupción política y policial en la que aquellos macarras de los 70 ahora están, en el caso de uno involucrado y en el caso de otro va a ayudarla a destapar esta trama. Con lo cual las dos historias tienen una conexión. Son dos formas de narrar muy distintas, una cosa es el recorrido y las aventuras de estos chicos y otra es ese thriller actual de la periodista que decide destapar una trama y pone en peligro su propia integridad profesional y su propia vida.

B: Daniela, la periodista, es una de las protagonistas. ¿Qué destacarías de este personaje?

F.B.: Destacaría los valores. Es una periodista joven, que no le va mal pero que tiene ganas de dar un paso más en su carrera y ese paso más es la búsqueda de la verdad a través de una intuición y esa intuición es sospechar que un novio suyo que ha muerto en lo que aparentemente es un accidente de tráfico ha sido asesinado. Eso despierta su intuición periodística y a partir de ahí se empeña en descubrir la verdad. Yo creo que lo que más destaca de este personaje es que tiene la juventud suficiente como para mantener sus ideales. Realmente cree en la justicia, en la verdad y eso la va a llevar a meterse en muchos problemas.

B: Dardo y Peyo son los otros protagonistas. ¿Qué nos podrías contar de ellos?

F.B.: Lo más significativo es que he pretendido que no sean personajes planos. Son los delincuentes pero no son exclusivamente eso. A mí me gusta contar sus historias personales, su amistad, sus relaciones amorosas... Son delincuentes pero no lo son las 24 horas del día, son también personas y eso era lo que me interesaba, el construir personas, no solo construir a unos villanos. Todos los personajes he intentado que tengan una dimensión humana, que no sean planos. Además, son personajes que en la novela los conocemos cuando tienen 15 años y les dejamos cuando tienen cincuenta y tantos. Tienen una evolución. Esos personajes van creciendo y van cambiando.

B: Planteas el pasado en San Blas, que es un barrio mítico madrileño. ¿Por qué concretamente ese barrio?

F.B.: Me parecía que representaba muy bien la época que quería representar. Es un barrio absolutamente emblemático y que a mí me despierta cierta curiosidad y encanto situar ahí a los personajes. Lo que pasa es que también es cierto que el San Blas de los 70 no se parece en nada al San Blas actual. He reconstruido un San Blas tremendo y te diré que, cuando me estaba documentando para la novela, he ido varias veces por San Blas buscando ambientación y empaparme de algo que era imposible. Ya no queda nada afortunadamente. Tiene sus cositas pero no se parece en nada, es un mundo completamente diferente. Me decepcionó en el sentido de no poder ambientarme para la novela pero me alegró ver que al final la sociedad evoluciona y el mundo mejora. No hay color entre aquel San Blas y el de ahora.

B: Después de San Blas pasas a Dardo y a Peyo a Malasaña, otra zona muy emblemática pero ahí ya se mueven con otros estilos de personas. Tenemos políticos, periodistas... Un poco de todo.

F.B.: Sobre todo en esos finales de los 70 y en San Blas lo que importa es la banda, cuando ya Madrid evoluciona, los personajes dan un paso adelante, se convierten en traficantes de drogas y se van a Malasaña, ya no importa la banda importa la tribu, que es algo muy diferente. Es un cambio social tremendo. La banda viene definida por la violencia y la tribu viene defendida por la identidad e incluso la imagen. Es un paso evolutivo positivo. Prefiero la tribu antes que a la banda. La sociología que rodea a estos personajes cambia por completo.

B: Vamos a tener entramado policial, entramado político, periodístico y todo esto unido a la delincuencia. No va a dejar a nadie indiferente tu novela, ¿no crees?

F.B.: Espero que no deje a nadie indiferente, de eso se trata. Yo lo que quiero es agarrar al lector bien fuerte por la tripa, retorcérsela un poco y que no deje de sentir ese retortijón hasta que la haya leído entera. Eso es lo que pretendo, que cada uno pueda encontrar en ella la parte o la dimensión de la lectura que más le guste, la más personal, la más de acción, la del mundo del periodismo, pero en todo caso es que mi objetivo es que todo el mundo que entre en el mundo de 'Los perseguidos' se quiera quedar en él hasta el final e incluso que lo eche de menos cuando termine.

B: He leído que escribes tus novelas a mano.

F.B.: Sí, soy un tío muy raro. El otro día me quedé pensando por qué lo hago y creo que tengo una explicación un poco psicológica. El ritmo al que uno escribe a mano te permite pensar más que el ritmo al que escribes con un teclado. Creo que esa es la única explicación posible a esta fricada mía. Llegué a la conclusión de que literariamente me permite pensar más escribir a mano. Luego me las paso yo a ordenador.

B: ¿Cómo te organizas?

F.B.: Soy un obseso de la corrección, reviso los textos un millón de veces. El primer medio millón lo hago del texto a mano y el segundo millón es cuando lo paso a ordenador. En ese proceso de pasar el texto de mano a ordenador ya es una revisión muy profunda del texto, con lo cual me sirve ya en el proceso de corrección. Soy así, no lo puedo evitar. Es una forma de ser muy rara.

B: Además, en concreto 'Los perseguidos' es una novela muy extensa porque tiene 680 páginas. ¿Necesitabas que tuviera esa extensión o fue surgiendo mientras escribías?

F.B.: Cuando ya lo tienes todo te das cuenta de la extensión definitiva de la novela pero en todo caso es que la historia lo requiere. Es lo que hablábamos antes, es que hay dos historias en paralelo avanzando, hace 40 años había unos personajes, hay una investigación periodística de una chica. Quiero pensar que hay mucha sustancia en la novela. Lo que sí te puedo decir es que no hay relleno. Cuando escribes una novela tan larga tienes que preocuparte muchísimo del ritmo, hasta el punto que ha sido un poco obsesivo y te diría que casi en cada página de la novela ocurre algo, avanza la trama.

No es una novela de descripciones, de ambientación. La tiene pero no se centra en eso porque si no con lo que quería contar me hubiera ido a las 1.500 páginas. Es una novela de acción, lo que pasa que ocurren muchísimas cosas, hay muchas aventuras, muchas microhistorias dentro de la trama principal y eso requería una extensión, pero no hay que tenerle miedo a la extensión. Yo creo y quiero pensar que es una historia enormemente entretenida.

B: Esta es tu novena novela. ¿Qué sientes cada vez que publicas un nuevo trabajo?

F.B.: Cada vez que saco un nuevo libro siento que no seré capaz de escribir otro. Esa es la sensación. Te vacías. Has estado trabajando, por ejemplo en este, dos años en una historia y de pronto la terminas y es como 'madre mía, ya nunca se me ocurrirá una historia que contar'. Siempre he tenido esa sensación cuando acabo un libro. Luego, de pronto, de una manera inexplicable, aparece una pequeña semilla que va creciendo y se convierte en una nueva novela. Afortunadamente hasta ahora siempre ha ocurrido así que aunque ahora mismo me he quedado un poco vaciado después de 'Los perseguidos' estoy convencido de que ese proceso va a volver a ocurrir y que vendrán más novelas.

B: ¿Ya tienes más ideas en mente?

F.B.: Tengo una idea rondándome, que no es exactamente una secuela pero sí me mantendría en el universo que he creado en 'Los perseguidos'. Me está dando una vuelta una historia que extendería un poquito las aventuras que he contado en esa novela. No le llamo secuela porque no lo es exactamente. No voy a decir nada más porque igual la idea se queda en semilla.

B: Me gustaría saber en qué momento decidiste dedicarte a la literatura. (Actualmente es Director General de Deportes de la Comunidad de Madrid)

F.B.: He sido escritor desde niño. En casa guardo unos cuentos muy graciosos que escribía cuando tenía 10 años. La literatura, como muchas otras artes, es fundamental vocacional. No es explicable, tienes ese impulso creativo, no se elige, lo llevas y a medida que lo llevas lo vas desarrollando. Siempre he sido escritor pero he tenido que hacer otras cosas en mi vida para vivir y desarrollar una profesión. Vivo en una permanente doble personalidad, la de escritor y la de la otra persona que es un profesional que no tiene nada que ver.

B: ¿Te veremos en Ferias del Libro durante estos meses?

F.B.: Estaré en la Feria del Libro de Madrid un fin de semana y también un día en la Feria del Libro de Valencia. A mí encontrarme con los lectores es lo que más me puede divertir del mundo, con lo cual estoy totalmente encantado.