Y es que estas obras de arte, llamadas Abraham e Isaac, datan del siglo XII y fueron creadas por el Maestro Mateo, a quien el monarca de la época, el Rey Fernando II de León, le encargó con dinero público leonés su construcción para que formaran parte de tan emblemático espacio de la Catedral de Santiago de Compostela, tal y como ha informado Vanity Fair.
Sin embargo, a dichas piezas se les perdió la pista hasta que en 1947 el Consistorio gallego las encontró y, en 1961 ya estaban acreditadas como propiedad de Francisco Franco como si de un truco de magia se tratara puesto que no existe ningún informe que justifique esta adquisición de la que la familia ha salido del paso diciendo haber obtenido en un anticuario, según ha explicado la misma publicación.
Un movimiento polémico
Y es que la familia pide 8 millones de euros por el Pazo de Meirás, anunciando además que se vendería con todo los elementos que alberga en su interior, entre los cuales se encuentran estas piezas de cuyo disfrute han privado a la sociedad. Lo cierto es que los Franco centran ahora todos sus esfuerzos en deshacerse de todas sus propiedades, sacando el máximo provecho económico posible, antes de que la Justicia se las arrebate para devolverlas al Estado.