Con su competición en estos JJOO está dejando claro que es una luchadora y es que se está enfrentando a competidores de la edad de su hijo, es decir, chicos de 17 años de edad, que en un futuro podrán presumir de haber competido junto a una leyenda.
Con el nacimiento de su hijo, Alisher, dejó la gimnasia, pero al diagnosticarle leucemia con tan solo 3 años de edad, la gimnasta decidió retomar esta disciplina para recaudar el dinero para el tratamiento de su hijo. Además ella dice que si hubiera lesionado, no habría sido capaz de recaudar el dinero que necesitaba para el tratamiento de su hijo. Y fue su lucha contra la muerte la que le llevó a superarse continuamente.
¿Cómo se entero de que su hijo tenía leucemia?
Su madre le explicó que su hijo había tosido con sangre de repente, y que le habían llevado al hospital en una ambulancia con sospechas de que podría tratarse de una neumonía. Pero mientras que regresaron a casa aturdidos por la fatal noticia, los médicos diagnosticaron algo más serio, Leucemia.
Oksana y su marido Bakhtier vendieron su apartamento de tres dormitorios en Tashkent y dos coches, pero esto no cubren ni la mitad del coste del tratamiento, gracias a las ayudas de diversas fundaciones consiguió costear el tratamiento de su hijo: "Fue entonces cuando se dio cuenta de que hay más gente buena que mala. Muchas personas ayudaron".
Como no tenían suficiente dinero, Oksana accedió a competir por Alemania en los Juegos Olímpicos. El resto del dinero se pagó por las autoridades deportivas alemanas. Al principio Uzbekistán funcionarios no les gusto su propuesta de representar a Alemania, pero ella luchó con todas sus fuerzas y se fue a Tashkent y les rogó que se lo permitieran por el bien de su hijo: "Estuve de acuerdo en que sólo por mi hijo", asegura la gimnasta. Hoy día, su hijo ya se encuentra totalmente recuperado, gracias al esfuerzo de su madre, un ejemplo de lucha y superación para todo el mundo.