Estefanía Ruiz presenta su nueva novela, 'Mangata', una historia en la que la mujer vuelve a ser la protagonista de todo, la mujer fuerte, la frágil, la que tiene deseos... Y todo esto vendrá de la mano de Jara, la protagonista, que se mete de lleno en un mundo casi místico en el que el lector tendrá que ir averiguando qué sucede en este thriller erótico.
Bekia: Has publicado tu nueva novela, 'Mangata'. ¿Cómo has vivido estas semanas desde la publicación?
Estefanía Ruiz: Con mucha ilusión, nervios y expectación porque al final cuando nace un libro para mí es como que te desnudas ante los lectores y algo que llevas tanto tiempo guardando de repente sale a la luz y esa incertidumbre de saber si gusta, si no gusta, de cómo lo reciben es muy bonito. Sobre todo también cuando empiezas a recibir el feedback de la gente que te dice que le gusta y que le ha enganchado, pues le da sentido a todo esto.
B.: Cuéntame cómo surgió esta novela.
E.R.: Me pasó como con el primero, me he dado cuenta que en ese duermevela antes de quedarme dormida, tengo mucha efectividad y la verdad que fue en un viaje de Madrid a Almería en Avión. Me quedé dormida un ratito y soñé una escena de una chica en una isla y al despertarme lo apunté corriendo en una libreta y dije 'esto tiene que ser una historia' y de ahí nació 'Mangata'.
B: Qué maravilla que tengas esos 'sueños' que desemboquen en un libro.
E.R.: Con el primero pasó lo mismo y con este ha sido igual. No me pasa como a otros escritores que sientan a pensar la historia sino que me vino un poco dada o que al final veo algo donde se puede tirar.
B: 'Mangata' se trata de un thriller erótico. ¿Por qué has apostado por este estilo?
E.R.: Ha sido por el azar un poco. El otro era histórico pero este, cuando empecé a escribirlo, vi que la historia giraba un poco más negra, también era ya siglo XXI. No ha sido una cosa elegida sino conforme he ido construyendo la historia estaba construyéndose a la vez un thriller.
B: Está claro que del erotismo no te querías mover pero, ¿cómo ha sido desenvolverte en el thriller?
E.R.: Para mí ha sido complicado porque venía de escribir en tiempos pasados, de repente a escribir en la actualidad en un género que no conocía. Al final yo soy nueva en todo esto porque en la escritura llevo un año y tampoco tengo mucho conocimiento de lo que es escribir otro género y me ha resultado complicado porque no sabía bien cómo se escribía un thriller, que debe tener. Yo voy escribiendo y al final le digo a mi editora ¿esto qué es? y ella me dice pues un thriller erótico. Con ella vamos viendo y cuando acabo el libro es cuando le ponemos la etiqueta.
B: ¿No te daba un poquito de vértigo lanzar un thriller sin saber si estaba bien o si te habías sabido manejar?
E.R.: Muchísimo. Tengo mucha inseguridad porque hay muchísima gente que le gusta pero también hay otra que están acostumbrados a tipo de thriller que cuando lean esto dirán que no les gusta. La suerte que tengo es que al final los lectores que ya me conocen saben mi manera de escribir y se han amoldado un poco a mi escritura, pero sí que existen esos nervios. Al final intento no ponerme esa presión porque intentar gustarle a todo el mundo es una utopía contraproducente porque eso nunca va a pasar.
B: Has ambientado la novela en Almería, que es tu tierra. ¿Tenías ganas?
E.R.: Sí, porque soy una enamorada de Almería. Me fui hace años pero siempre que puedo vuelvo. Allí está mi familia, mis amigos están allí también y quería hacer mi pequeño homenaje a mi tierra porque para mí es un paraíso y quería que estuviera reflejado en el libro. Aparecen lugares en los que he estado, en los que compro, diseñadores de mi tierra. Hay gente que lo lee y me dice que cuántas cosas salen de mi tierra y que así han podido conocerla y meterse de lleno en lo que realmente es Almería.
B: En 'Mangata' nos metemos en el mundo de Jara y todo lo que le rodea. Cuéntame un poco la historia.
E.R.: Jara es una chica peculiar, con pocas amigas, bastante solitaria, que encuentra el amor en Álvaro Casanova que es un chico guapo, al que todo el mundo admira, empresario de éxito, y se enamora perdidamente de él pero esa relación no está bien vista en la familia de él porque vienen de clases sociales totalmente distintas. Aun así dan el paso de casarse pero Álvaro nunca llega al altar, desaparece el día antes de la boda y ahí comienza el viaje de Jara. Todas las miradas apuntan a ella, nadie sabe lo que ha pasado, nadie sabe dónde está Álvaro y ella asustada quiere buscar respuestas y acude a su casa de cuando era pequeña y vivía con su padre y encuentra una carta y ahí empieza su viaje de búsqueda.
B: Cuéntame qué querías transmitir con el personaje de Jara.
E.R.: Quería hablar de la fragilidad de la mente humana, de cómo de importante son las personas que te rodean, cómo es de importante lo que te han dicho toda tu vida, el refuerzo negativo, el positivo, el no tener ese refuerzo positivo y cómo esas cosas, cuando eres adulto, llegan a afectar realmente a tu mente porque actualmente pensamos que quizás nuestros problemas son cosas de nuestro presente, pero muchas veces todo lo que tenemos son arrastres de cuando éramos niños. Al final, cuando vamos a la consulta del psicólogo empiezan a tirar de ese pequeño hilo y llegan a la herida que nos hace ser el adulto que somos hoy.
B: ¿Hay algo de ti en la protagonista?
E.R.: Creo que hay un poco de mí en todo el libro y de mis amigos, de mi familia... Porque al final yo construyo los libros así, con pinceladas de todo lo que me rodea. Intento que me inspire todo mi alrededor o vivencias que he tenido.
B: Aparte de Jara, hay otros muchos personajes que llaman la atención, como es el caso de Elba o de Óliver. Háblame un poco de ellos.
E.R.: El personaje de Elba lo basé en un amigo mío que se llama Quique Ros, que es el que me ha ayudado a montar a la inspectora de policía y me ayudó a crearla. Quería reflejar una mujer fuerte, una mujer que no se achanta ante los peligros, ante un mundo que realmente está más destinado a los hombres. Siempre que leo el detective es un hombre y quería que tuviera poder la voz de la mujer. Óliver, por su parte, es esa persona que nos hemos encontrado a lo largo de la vida, narcisista, egocéntrica, pero que son encantadores de serpientes y al final te hacen caer en sus garras con palabras bonitas y con ese romanticismo que, en el fondo, están haciendo de ti una versión que se aleja de quién eras.
B: Con esta novela te has lanzado a un mundo casi mágico o místico. ¿Cómo has llegado a ese punto?
E.R.: Yo soy una persona a la que le encantan las piedras, las energías, el mundo del tarot y 'Mangata', cuando lo lees, no quería que fuera el típico libro que tiene que estar hilado al cien por cien, sino que tuviera esa parte de misticismo o ese no saber por qué han pasado las cosas. Muchas veces en la vida esto sucede, trasladar ese misticismo, esa energía que emana la luna llena y el tarot.
B: ¿Hasta dónde querías llevar al lector con esta novela?
E.R.: Yo quería y creo que lo he conseguido a ese atrape de no entender qué es lo que está sucediendo, porque pasan muchas cosas a la vez y aunque puedas tener algo que pueda pasar cien por cien, al final se van hilando cosas que no esperas o que te desconciertan. Ese juego de que quede la duda, de que no sepas, de cómo la fragilidad de la mente de alguien puede llevar a que vivamos esos espejismos. Quería que 'Mangata' fuera ese espejismo.
B: Venimos de 'Los secretos de la cortesana', que era novela histórico-erótica y ahora thriller erótico. ¿En qué crees que te desenvuelves mejor?
E.R.: No sabría decirte. Ahora la verdad que habiendo escrito en presente, me ha resultado mucho más cercano, pero también echo un poco de menos el poder jugar a estar en otra época. La cortesana me hizo jugar a eso porque yo siempre digo que nací en la época equivocada y que me hubiera encantado nacer en la época de los Medicci. Yo creo que voy a jugar en eso, en volver a una parte de la cortesana y luego al thriller. Sé que es arriesgado porque al final la gente cuando escribe sigue una temática para que el lector se acostumbre a ello pero como tampoco me considero una escritora, ni una escritora al uso, sino que soy una persona que cuenta historias, quiero contar historias que me nazcan, no quiero encasillarme en un género.
B: La esencia siempre, de momento en estas dos novelas, es el erotismo. Eso no lo vas a perder, entiendo.
E.R.: Creo que no porque me gusta porque al final es parte de la vida. Cuando leemos un thriller casi nunca tiene erotismo y yo quiero que eso se quede ahí. Hay gente que lo critica pero es que al final siempre hay gente que penaliza el sexo en la vida y por eso quiero que en los libros sea algo natural. Si en la vida lo hacemos ¿por qué no va a estar escrito en los libros?
B: ¿Dirías que es un poco tu punto fuerte?
E.R.: A mí me gusta bastante y creo que con mucha parte de mis lectores el erotismo conecta. La doctora Herrero me manda a veces fotos de las recetas que les manda a sus pacientes y les receta mis libros y a mí eso me hace mucha ilusión porque trabaja con mujeres que han perdido la líbido, que están en matrimonios en los que ya no tienen ganas de tener relaciones y ver que una persona tan reputada receta un libro mío a mí me emociona porque qué maravilla que a través de unas páginas se pueda revivir una parte dormida de alguien como es la sexualidad.
B: Aparte del erotismo, ¿hay algo más en común entre 'Mangata' y 'El secreto de la cortesana'?
E.R.: Creo que es darle voz a las mujeres. Me cuesta mucho escribir en voz de un hombre, yo no sabría por ahora porque creo que mi misión aquí es dar voz a esas mujeres fuertes o esas mujeres frágiles, pero darle voz a la mujer.
B: ¿Qué esperas de 'Mangata'?
E.R.: Espero que enganche a la gente y llevarle a ese mundo místico, a esa fragilidad del ser humano y que conecten con las sensaciones porque creo que cuando lees 'Mangata' no te identificas solo de un personaje, sino que va bebiendo un poco de todos los personajes porque cada uno tiene algo que puedes reflejarte en él. Quiero que la gente pueda arder con la parte del erotismo pero que también se enganchen a ese misterio que realmente pasa en esa isla.