Durante 12 años, desde que su hijo desapareció, los padres de David Sneddon siempre han creído que había sido secuestrado y que con seguridad estaría vivo en algún lugar del mundo. Y ahora resulta que tenían razón. Esta semana Kathleen y Roy, los padres de David Sneddon han podido descubrir a través de una publicación de Yahoo Japón que su hijo, un estudiante de 24 años cuando desapareció, parece que vive en la capital de Corea del Norte, en Pyongyang, y no solo eso, sino que estaría casado y tendría dos hijos.
Se cree que fue reclutado por el mismísimo King Jong Un para ser su tutor de inglés. Su familia tiene la esperanza de saber más de él, pero lo que les sorprende es que no se haya puesto en contacto con ellos.
La familia mantiene la esperanza
El matrimonio ha creado una página web para que les ayuden a encontrar a su hijo, porque por el momento, todo son suposiciones. También esperan que el Departamento de Estado de Estados Unidos ponga en marcha una investigación sobre la desaparición de su hijo. En febrero ya los servicios de inteligencia pensaron en esta posibilidad, pero no se había abierto una expediente al respecto.
David era misionero de la Iglesia en Corea del Sur, esperaba obtener un título de derecho internacional y había estado en Beijing durante dos meses estudiando chino, cuando desapareció el 10 de agosto de 2004 mientras estaba de excursión por la escarpada garganta del Salto del Tigre, en la provincia de Yunnan.
Tráfico de personas
Por aquel entonces, cuando desapareció, sus padres contactaron con las autoridades, enviaron a 200 buscadores, pero supusieron que se habría precipitado por la garganta. El padre de David Sneddon y algunos hermanos fueron por sus propios medios a China para buscarle y se enteraron de que el Gobierno chino sospechaba que David podría haber estado involucrado en el tráfico de personas de Corea del Norte. Por otro lado, algunas personas le habrían visto después de su excursión según las averiguaciones de la familia, así que descartaron que se cayera.
En casos parecidos de secuestros, muchos se ven obligados a casarse, de modo que se encuentran 'atados' para huir. Y esto es muy probable en el caso de David, hora estaría a cargo de una familia. Sus padres, si pudieran enviarle un mensaje ahora, le dirían: "Te queremos, nosotros no te hemos olvidado. Siempre estás en nuestros corazones y en nuestras oraciones, y estamos haciendo todo lo posible para traerte a casa".