Si hace unas semanas una estibadora se desnudaba para reivindicar sus derechos, esta semana la revista Interviú lleva a su portada a Gema Gil, la mujer de un trabajador de Coca-Cola despedido de la planta de la marca en Fuenlabrada, Madrid.
Ella es una de las espartanas, un grupo de mujeres que se unió en el año 2014 tras anunciar la marca de refrescos un ERE para dicha planta. Todas se unieron y se lanzaron a la calle para luchar por los derechos de sus maridos, hijos, padres, etc.
"Nos concentrábamos delante de los hoteles donde se negociaba el ERE para que al salir nos miraran a los ojos y vieran a las personas que iban a echar, a sus familias e hijos a los que condenaban a la exclusión social. Y lo conseguimos, la empresa anunció bajas voluntarias y ningún despido", comienza relatando Gema Gil.
Las espartanas no quieren caer en el olvido
Esa situación les llevó a unirse y convertirse en las espartanas para luchar con uñas y dientes por sus familiares. Así lo hicieron durante la final de la Champions entre Real Madrid y Atlético de Madrid o en un partido de Rafa Nadal -el tenista lo tuvo que parar al escuchar los gritos del exterior-: "No es una cuestión de dinero, es por dignidad y por el futuro. Nadie debe permitir este trato de multinacionales con tantos beneficios". Y ahora que sienten que ya no tienen tanta fuerza ha decidido desnudarse para seguir gritando por los derechos de su marido y del resto de sus compañeros: "¿Qué es enseñar un pecho cuando nos están robando nuestros derechos? Hemos pasado tanto en estos tres años que haría lo que fuese para que se nos escuchara. Y sólo interviú nos ha dado la oportunidad".