A pesar de las tentativas de su defensa, Dani Alves tendrá que permanecer en prisión hasta la celebración del juicio igual que lleva haciendo desde su detención el pasado 20 de enero por una presunta violación a una mujer el 30 de diciembre en una discoteca de Barcelona. Los abogados del jugador de fútbol presentaron un recurso de apelación la medida de prisión preventiva sin fianza para el acusado que acaba de ser rechazado por la Fiscalía este 6 de febrero.
"Se mantienen los indicios racionales de criminalidad y subsiste el riesgo de fuga, sin que las medidas alternativas a la prisión propuestas por la Defensa mitiguen tales fines", asegurando fuentes de la Fiscalía Provincial de Barcelona. En otras palabras, la Fiscalía sigue viendo un riesgo de fuga por parte del futbolista a pesar de que su defensa ofrezca la retirada del pasaporte, el control telemático por una pulsera y hasta visitas regulares a los juzgados ya que considera que el delito es lo suficientemente grave como para tomar esta medida y, además, la situación económica favorable del futbolista eleva todavía más el riesgo de fuga.
Y es que las cosas podrían complicarse todavía más para Dani Alves ya que la jueza que investiga el caso le habría propuesto a una de las acompañantes de la víctima la noche de la presunta violación que también lo denuncie. Tras hablar con los principales testigos del caso entre los que se encontraban una amiga y una prima de la víctima, la jueza consideró que una de estas dos podría también denunciar a Alves por tocamientos según su relato de lo ocurrió en el reservado antes de la presunta agresión sexual. Por el momento y tal y como transcendieron por fuentes judiciales a diferentes medios, la joven habría rechazado denunciar ya que no quiere restar transcendencia a los hechos principales y más graves, es decir, la presunta violación que sufrió su acompañante.
La versión de la víctima y los testigos de lo ocurrido aquella noche
Hasta el momento, la versión tanto de la víctima como de sus acompañantes, el portero de la discoteca y los servicios médicos que la atendieron la misma noche coinciden y dan solvencia al relato. Todo ocurrió la noche del 30 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona. Dani Alves se encontraba en un reservado con unos amigos, la víctima y sus dos acompañantes, a escasos metros. A través de un camarero, el jugador de fútbol invitó a las tres a una copa de cava en el reservado. Aunque en un principio rechazaron la invitación, finalmente acabaron entrando.
Poco después, el jugador de fútbol empezó a sobrepasarse con ellas manoseándolas sin su consentimiento. A una de ellas le cogió su mano e intentó colocársela en sus genitales. Poco después, Alves se dirige hacia la puerta del reservado e invita a la víctima a ir con él. Cuando llegó allí, se topó con un minúsculo baño donde el jugador de fútbol presuntamente la violó. Al salir del baño, la joven le dijo a sus acompañantes de irse y al llegar al ropero esta se derrumbó completamente.
La situación era tal que el portero de la discoteca se acercó a hablar con ella y activó el protocolo de emergencia para casos así. La víctima fue apartada para ser atendida por el personal de la discoteca mientras estos llamaban a los Mossos, donde contó por primera vez lo que había ocurrido mientras estaba muy nerviosa. Posteriormente fue trasladada al Hospital Clínic de Barcelona, donde le realizaron un examen médico en el que tomaron muestras biológicas. Días más tarde, el 2 de enero, ratificó su denuncia.