ENTREVISTA

Cristian Schleu presenta 'Muerte en tres texturas': "Un accidente de moto me dio la idea para la novela"

El autor ha presentado 'Muerte en tres texturas', un thriller psicológico en el que ha juntado la gastronomía con un asesino en serie.

Andrea Ruiz Carral 03 Febrero 2024 en Bekia

Después de dedicarse a la publicidad y abrir dos restaurantes, Cristian Schleu se apuntó a la Escuela de Escritura del Ateneo Barcelonés, donde aprendió narrativa y se aventuró a escribir su primera novela. Una obra que surgió después de ver en la carretera un accidente de moto, algo que le inspiró para escribir sobre gastronomía y crímenes, dos temas aparentemente diferentes que el autor mezcla a la perfección en la novela 'Muerte en tres Texturas'. Cristian Schleu cuenta la historia de dos chefs que colaboran con la policía para descubrir a un asesino en serie que deja a sus víctimas sentadas en una mesa, con el abdomen abierto y sin vísceras, dejando un agujero en el que se encuentra el bolo alimenticio con un impecable emplatado. Un thriller psicológico que atrapa al lector desde el primer momento y hace que se teletransporte a las escenas del libro.

Además, 'Muerte en tres texturas' cuenta con un mérito más, ya que ha sido la primera novela, junto a 'La piel infiel' de Lara A. Serodio en salir a la venta bajo el sello de NdeNovela. Las dos obras inauguran el catálogo de la nueva editorial perteneciente al Grupo Planeta. En Bekia hemos podido hablar sobre cómo ha sido para Cristian Schleu ser la primera novela bajo este sello, aunque también ha hablado sobre la novela y si tiene en mente publicar otra novela próximamente.

Bekia: Primero de todo, ¿cómo ha sido el proceso de preparación y documentación

Cristian Schleu: El proceso de creación ha sido correoso, arduo y mucho trabajo porque es una idea que viene de hace años. Una idea que nació justamente cuando iba en moto por Barcelona. Pasaba justo por delante de un restaurante que vi y que lo conocía, de hecho hacen unos garbanzos muy muy buenos. Entonces, me encontré con un accidente de moto. Vi una ambulancia que socorría a una persona y vi las piernas y los pies tendidos en el suelo. De ahí, mi cabeza empezó a disparar. Empecé a pensar lo peor, heridas abiertas, estómagos perforados... y eso lo relacioné con el restaurante que acababa de ver, que eran los garbanzos. Pensé que lo mismo se estaban encontrando con lo que acababa de ingerir esa persona, que si sale del restaurante por el que acabo de pasar a lo mejor se encuentran esos garbanzos. De ahí empezó todo.

Una idea derivó a otra y pensé en situarlo en el marco de un homicidio, con unos inspectores. En el mundo de la inspección y la investigación se ha escrito mucho y muy bien. Entonces, la temática me lo puso en bandeja, la gastronomía. Pensé que estaría bien que la investigación pivotara en torno a un cocinero, porque a priori iba a ser solo un cocinero, pero me debatía entre dos perfiles muy diferentes y al final fueron dos. Principalmente hay un protagonista, pero está con su ayudante, que también tiene un papel de protagonismo importante. Este embrión lo dejé aparcado en un cajón. Dejaba la restauración por una operación de espalda y estaba volviendo a la publicidad como freelancer. Lo dejé ahí aparcado y al cabo de un año y pico me apunté en la Escuela de Escritura del Ateneu de Barcelona. Al final del segundo año, te dicen que pienses un proyecto y que empieces a crear tu propia novela. Entonces, desempolvé esa idea y fue mucho trabajo y cada día ponerse a escribir.

B.: Comentabas que ya tienes relación con la cocina, ya que tuviste dos restaurante durante 7 años, ¿cómo te ha ayudado a la hora de escribir la novela?

C.S.: Muchísimo porque yo cuando llevaba 10 años en el mundo de la publicidad me tomé un respiro y es cuando abrí mi primer local como cocinero y como emprendedor. Ahí, también decidí estudiar en una escuela de hostelería de Barcelona y aprender las bases de la gastronomía. También hice unas prácticas en un restaurante en Barcelona en cocina y todo eso me ha ayudado bastante a hablar con cierta propiedad de los temas. Eso, sumado al mundo publicitario y a los tres años que estuve estudiando y aprendiendo las bases de la narrativa y la novela, al final desembarcaron en este libro.

B.: ¿Cómo se consigue que el lector sea capaz de imaginarse la escena que estás contando, incluso de llegar a sentir los olores o tactos de los elementos que narras?

C.S.: Todo esto, el tono directo, el lenguaje cinematográfico viene de que llevo muchos años en la publicidad. He visto muchos anuncios y la mayoría de los anuncios tienen unos referentes que vienen del cine. Eso ha influido mucho en la novela. Utilizo un lenguaje directo, giros, que acostumbrado al mundo de la publicidad, que los formatos son tan cortos y que necesitas ese nivel de sorpresa, me ha ayudado mucho. Yo digo que es una novela muy sensorial, que apela a los cinco sentidos casi de manera directa. Ahí, las bases de la narrativa de todo lo que estuve aprendiendo que te da las herramientas para poder transmitir todo lo que quieres para que el lector se sitúe en la escena. Incluso, que pueda estar casi viviéndolo en primera línea.

B: En este caso es un thriller que gira en torno a un asesino en serie y que surgió por el accidente que presenciaste pero, ¿te habías planteado antes escribir una novela de este género?

C.S.: Siempre había estado fantaseando con la posibilidad de escribir un libro, pero lo tenía como una mera fantasía. Cuando te ponen delante de un proyecto y te dicen: 'venga, va. Ahora, empezad a escribir'. La verdad que no tenía pensado escribir nada, simplemente salió esta idea que tenía ahí y empecé a escribir. Lo que sí que me puso un poco en alarma fue la primera tutoría con el profesor, que fue la primera persona que me dijo que era una novela muy publicable. Fue en ese momento cuando decidí emplearme a fondo, pero como todo, cuando quieres conseguir una cosa, los días que no te apetece es justamente cuando tienes que ponerte a ello. No hay otra manera, es ponerte delante de la hoja y ponerte a escribir. También es verdad que muchas veces no estás inspirado, pero el hecho de ponerte delante te ayuda a tener esa inspiración.

B.: Esa inspiración se va trabajando pero, ¿antes de escribir ya sabes quién va a ser el asesino?

C.S.: No lo tenía muy claro. Sí que es verdad que no fue al final ni a mitad de la novela, pero no fue el punto de partida. Hice una configuración, una escaleta donde ves lo que sucede y quién interviene en cada escena, pero no lo tenía claro. Cuando ya llevaba como un cuarto de novela empecé a vislumbrarlo.

B.: Para descubrir al asesino Philippe y Tsu siguen la pista de una cuenta de Instagram que sube las elaboraciones. ¿Qué relación tiene la novela con las redes sociales y qué mensaje quieres lanzar?

C.S.: La comida y los platos son de los elementos más fotografiados en las redes, en Instagram por ejemplo. Si a esto le añades una componente sensacionalista y que además es novela, pues le estás dando todos los ingredientes para que se propague como la pólvora. Esto, sumado al hecho de que en las redes todo es tan efímero, el contenido está cambiando constantemente, la inmediatez y que te puedas ocultar tras un seudónimo, hace que seamos carne de algoritmo. Todos estamos buscando la satisfacción instantánea y en eso se basa el cuerpo de policía, esa debilidad que tenemos todos de estar enganchados a las redes sociales, de la que se puede sacar una parte positiva. No es otra que apoyarse y reforzar todo lo que el asesino consigue colgando los platos, que es que la gente lo siga por morbo. El mensaje es como en todos los vicios, en función de cómo lo gestiones te puede ayudar o te puedes ir hundiendo y puedes estar cada vez más enganchado. Al final es una droga esto, buscamos el placer inmediato y queremos más y más. Lo abordo por ambas perspectivas.

B.: Uno de los temas que se tratan en el libro es la familia, que al centrarse en el trabajo te olvidas de otras personas. ¿Te ha pasado alguna vez que por escribir un libro has dejado un poco apartados a familiares o amigos?

C.S.: Sí, de manera inconsciente. Estás tan metido en la historia, sobre todo cuando ya empiezas a ver que vas con el cohete puesto y lo tienes todo claro, aprovechas y te pones a escribir. Más que dejar a alguien de lado, es aislar, pero lo he intentado gestionar de la mejor manera y nunca he tenido ningún reproche ni nada. Nunca he tenido esa sensación, pero sí obviamente la sensación un poco de aislamiento porque lo necesitas para escribir.

B.: 'The White Spoon', el restaurante de la obra, se encuentra en Londres. ¿Por qué Londres? ¿Tenía algún significado especial para ti?

C.S.: Se unieron dos cosas. Una es el componente misterioso que tiene la ciudad de Londres, por toda temática de Jack el Destripador o Sherlock Holmes, esta componente misteriosa. Inglaterra es el segundo país del mundo donde han habido más asesinos en serie. Después y sobre todo, es porque a nivel gastronómico confluyen muchas culturas en Londres. A nivel de restauración hay muchos restaurantes de todo tipo y de muchas culturas. En este sentido lo encuentro súper rico porque puedes entrar en un libanés, en un paquistaní o en un japonés. Hay mucha variedad y yo creo que era el contexto ideal. También creo que la cocina tiene un lenguaje muy universal. Está tan abierto que todo el mundo entiende un poco de cocina. La gente ya en casa hace muchos pinitos y ha aprendido mucho a cocinar, sobre todo gracias a realities y a programas de cocina. Entonces, una ciudad tan cosmopolita y tan cultural como Londres, me parecía una ubicación perfecta y más hablando de la cocina, que es universal.

B.: Mencionas los realities, ahora que mucha gente ha visto formatos como 'MarterChef' o 'Bake Off', ¿crees que es un tema que ha podido influir un poco más en el interés general de la gente?

C.S.: Seguro. El hecho de que se haya abierto todo tanto y hayan profundizado en un tema como es la gastronomía ha influido. Estamos además en un país en el que nos gusta mucho comer. Antes, no estábamos tan metidos porque no había estos programas ni redes sociales, pero ahora la gente se ha lanzado más a cocinar. Programas así han ayudado mucho, obviando la parte reality, el factor de show que no tiene nada que ver con el tema de la cocina, pero sí que ha ayudado muchísimo.

B.: Cambiando un poco de tema, 'Muerte en tres texturas' ha sido junto a 'La piel Infiel' de Lara A. Serodio la primera novela bajo el sello NdeNovela. ¿Cómo te enteraste que ibas a ser una de las primeras novelas?

C.S.: Todo fue de manera muy orgánica, muy natural, como la escritura de esta novela. Yo estaba escribiendo una serie y se la estaba explicando a una persona de Madrid porque la quería mover y la quería vender. Estaba hablando con ella y le comenté que tenía una novela que iba por tres cuartos y que ya estaba todo súper estructurado. Entonces, me comentó que conocía a una persona en planeta, me la presentó. Primero, esta persona me pidió la premisa, luego la sinopsis, después las siete primeras líneas, las siete primeras páginas y luego ya me pidió todo.

Al cabo de cuatro o cinco meses me dijo que sus compañeros de ficción le pidieron que cuando la tuviera acabada se la pasara. Entonces, se la envié. Pasó un tiempo y me dijeron que, por el tema de la postpandemia iban muy colapsados. Además, me dijeron que reciben muchos manuscritos y que el personal tenía algunas bajas, pero que parecía que la novela había pasado el primer corte y que me dirían algo en 15 días. Al cabo de ese día me escribieron un correo y me dijeron que mi novela tenía casa en Planeta. Más adelante me comunicaron el nacimiento del nuevo sello y que si quería formar parte. Obviamente estaba encantado de la vida de ser una de las primeras caras del sello, porque como ellos bien anunciaron, es un sello con objetivo de entretenimiento, pero con calidad narrativa. Fue un gustazo y un placer. Ha sido un trabajo increíble. Me lo han puesto todo muy fácil y he trabajado con grandísimos profesionales.

B.: Por último, esta es tu primera novela. ¿Estás pensando ya en la siguiente?

C.S.: Sí, la verdad que voy teniendo ideas y las voy apuntando. A ver qué podemos tejer con ellas, pero me gustaría mucho. Como cabeza inquieta que soy me vienen muchas cosas a la cabeza, las voy apuntando y a ver qué surge.

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