Clara Sánchez puede presumir de haberse alzado con el Premio Alfaguara, el Premio Nadal y el Premio Planeta, lo que sin duda le ha alentado para seguir escribiendo. Una de las historias que le fascinó tanto como para crear una novela fueron aquellas visitas que la Familia Real Saudí realizaba a Marbella en verano. El dinero que gastaba la Casa de Saúd era todo un negocio para este enclave de la Costa del Sol que adoraba aquellas visitas. Sin embargo, bajo ese lujo se escondía y se esconden las desgraciadas vidas no solo de las princesas saudíes, sino de princesas de otras monarquías árabes que vivían vidas tan desgraciadas que solo deseaban escapar. A raíz de todo esto creó 'Infierno en el paraíso', libro del que habló con Bekia en esta entrevista.
Bekia: ¿Cómo surgió este libro?
Clara Sánchez: Siempre me fascinó la llegada de la Familia Real Saudí y otros jeques del Golfo a Marbella. Era como meter un cuento de 'Las Mil y una noches' en una playa llena de turistas en pantalones cortos y pareos. Toda la ciudad esperaba esta llegada frotándose las manos porque sus jets privados transportaban a mucha gente, mucho equipaje lujoso, mucho exotismo, mucho coche de alta gama, mucho consumo, mucho derroche. Sus yates los esperaban atracados en Puerto Banús. Cerraban para ellos joyerías y centros comerciales enteros. Me resultaba espectacular la fusión de vida cotidiana y dinero y poder en mayúsculas. Dos mundos paralelos que en la vida real los de a pie solo podemos imaginar y que en 'Infierno en el paraíso' están unidos por Sonia, la narradora de la novela. Sonia, una simple camarera, nos presta sus ojos para que pasemos al lado oscuro del poder, del amor y del dinero.
B: ¿Cómo te documentaste para escribir 'Infierno en el paraíso'?
C.S: En el hecho real de la presencia de los jeques en Marbella durante muchos veranos y en las mujeres vestidas de negro que los seguían. Mujeres encerradas en tela, eso sí, tela muy lujosa. Una de ellas podría ser la princesa Amina de la novela, una chica de diecisiete años que al llegar a Marbella envidia a las chicas de su edad ligeras de ropa y besándose con chicos en la calle. Ella quiere ser como ellas y cuando conoce a Sonia, la camarera comienza a maquinar un plan que le lleve a la libertad.
B: ¿En qué historias reales te inspiraste para construir el relato?
C.S: En esas princesas que intentan huir desesperadamente de su falta de derechos fundamentales como abrir una cuenta en un banco o enseñar el ombligo. Están rodeadas de riqueza pero no son las dueñas de esa riqueza ni de sí mismas, y muchas se lanzan a correr aventuras intrincadas y muy peligrosas simplemente por desear ser normales. Lamentablemente la ansiada libertad la logran muy pocas.
B: ¿Cuál de todas te impactó más?
C.S: La lista de las princesas hijas o esposas de jeques es larga. A mí siempre me resultó un hecho muy llamativo, una perla informativa a la que no se le daba demasiada importancia y que encerraba toda la magia de un gran personaje literario. Hace años me fijé en Latifa y su hermana Shamsa. Latifa ha hecho viral un vídeo en que cuenta la increíble historia de su huida. De Latifa, la Amina de la novela tiene su físico y sus ganas de volar.
B: ¿Qué piensas cuando escuchas hablar tanto de la libertad en España después de escribir un libro en el que precisamente se habla de la falta de libertad?
C.S: La esclavitud y la falta de derechos de las mujeres de Arabia Saudí y de otros países es un aviso para que mujeres como nosotras seamos conscientes de nuestros derechos y no permitamos ni un paso atrás.
B: En el libro mencionas a un sobrino como posible heredero. ¿Pensabas en Mohammed Bin Salman al hablar de este personaje? ¿Qué opinión te merece?
C.S: Todo lo que he dicho al respecto está en la novela y por supuesto hay personajes ficticios en que se pueden reconocer a otros reales.
B: ¿Qué sabes de la Casa de Saúd?
C.S: Sé que es una Monarquía hereditaria en que el Rey es libre de tener más de una mujer y que se nutre de montones de príncipes y princesas, lo que hace pensar en sabrosas intrigas palaciegas.
B: ¿Te parece peligrosa la amistad del Rey Juan Carlos con los monarcas árabes?
C.S: Para él más que peligrosa parece que ha sido sustanciosa. Ahora nos asombra, pero durante muchos años todo el mundo la vendió como normal e incluso favorable para nuestro país.
B: ¿Qué relación debería tener España con países como Arabia Saudí?
C.S: A todos nos asquean los países que se saltan los derechos humanos a la torera, pero tampoco conozco al dedillo los vínculos comerciales o políticos que ventilen ambos países.
B: ¿Has estado en países como Arabia Saudí, Emiratos o Catar? ¿Cómo fue tu experiencia allí?
C.S: He hablado con mucha gente que ha vivido allí y que no ha podido penetrar en la realidad del país. No es fácil a no ser que seas un corresponsal intrépido que se juegue la vida.