Los motivos que han llevado a que varios historiadores de quejen hacen referencia a su trabajo actual: "Se apoya en una popularidad televisiva y en sus conocimientos sobre la figura de Leonardo traducidos en obras de ficción con, a veces, dudosas bases histórico-documentales, le han permitido situarse en referente sociológico sin ningún aval de carácter científico". Sobre todo lo relacionado con Da Vinci lamentan algo: "Se ha difundido una imagen de gran exposición que no se corresponde con la realidad".
Los historiadores remarcan que su intrusismo es doble: "Ni es experto reconocido científicamente en la figura de Leonardo ni en la cultura de su época", y añaden: "Tampoco es profesional en lo que se refiere a la curaduría de exposiciones". En medio de toda esta cuestión se encuentra Elisa Ruiz, catedrática de Paleografía, que habría respaldado la exposición de Gálvez: "En esta ocasión, creemos que se han buscado unos malos compañeros de viaje, los cuales han diluido el trabajo que se viene haciendo con todo rigor en la Biblioteca Nacional".
Dudas en todos los sentidos
También han señalado que la única obra de arte que se puede encontrar en esta exposición, el supuesto autorretrato del pintor conocido como la Tavola Lucana, no tiene confirmada su autoría por Leonardo, aunque el presentador diga lo contrario. Todo esto ha salpicado a algunas empresas que han financiado la exposición, como Air Europa o Lego, ya que los estudiosos creen que deberían tener mayor responsabilidad social y no dedicarse a 'acciones populistas'.