30 años de cárcel. Esa ha sido la condena estipulada por los tribunales de Ragusa (Sicilia) para Veronica Panarello, acusada de matar a su hijo de 8 años después de que este le viera manteniendo sexo con su suegro. Según el juez, Andrea Reale, el homicidio se realizó con "premeditación y crueldad", lo que ha provocado que se aplique la máxima pena contra Panarello. La mujer, que siempre ha defendido su inocencia, abandonó la sala entre lágrimas. Por su parte, Davide Stival, padre del pequeño, no quiso pronunciarse después del anuncio de la condena.
El abogado defensor de Veronica Panarello, Franco Villardita, continúa manteniendo la inocencia de la condenada y ha anunciado que apelará la sentencia. "¿Le remordió la conciencia? No, se considera inocente" declaró Villardita para 'La Repubblica'. Por su parte, Andrea Stival, abuelo del niño y suegro de la mujer, fue investigado por la Policía italiana después de las acusaciones de Panarello, que lo señalaban como único autor del crimen. El abogado de Stival declaró que su cliente "no ha matado a Loris y nunca fue amante de Veronica Panarello".
Un crimen premeditado
El pequeño Loris fue asesinado el 29 de noviembre de 2014. Su cuerpo, que fue encontrado en un barranco cercano a la localidad de Santa Croce Camerina (Sicilia), mostraba signos de estrangulamiento. La autopsia y las posteriores investigaciones lograron revelar que se utilizaron unos cables de luz para cometer el crimen.
Panarello, ahora condenada por la muerte de Loris, trató de fingir que su hijo había sido secuestrado, diciéndole a la Policía que lo había llevado al colegio y que cuando había ido a buscarlo ya no estaba. Sin embargo, las fuerzas de seguridad se percataron de la mentira de Panarello después de revisar las imágenes de una cámara de seguridad. La historia de la mujer no coincidía en absoluto con dicha grabación, lo que la señaló como principal responsable del asesinato.