Brigitte Macron siempre se ha mantenido en un segundo plano y ha sido discreta desde que su esposo Emmanuel Macron asumiera el cargo de presidente de Francia en junio de 2017. A pesar de acompañar a su marido en sus numerosos viajes presidenciales, la Primera Dama nunca ha comparecido para los medios de comunicación. Sin embargo, ha decidido romper su silencio y conceder una entrevista.
En una entrevista íntima concedida a la estación de radio RTL, la mujer del Presidente habló con detalle de los primeros días de su relación con Macron cuando ella era su profesora de teatro. Por aquel entonces el joven tenía 17 años y ella era una mujer casada con tres hijos de 39 años. Una de sus hijas iba a la misma clase de Macron: "Naturalmente que les hice daño, como todos los padres que se divorcian hacen daño a sus hijos... Pero en un momento dado comprendí que Emmanuel era mi vida. Y pienso que ellos lo han comprendido", cuenta Brigitte Macron. "Si mis hijos no me hubieran permitido vivir con Emmanuel, no lo podría haber hecho. Estoy muy centrada en ellos".
La gran diferencia de edad siempre ha sido un tema de polémica en la pareja. Durante la entrevista a Macron se le preguntó sobre esta fascinación pública por la brecha de 24 años de edad entre ambos: "No es fácil cuando no tienes la misma edad. Cuando hay una gran brecha de edad, como la tenemos, es aún más complicado. Me llaman cougar. ¡Odio esa palabra!". La palabra cougar es un término inglés usado para definir a mujeres maduras que seducen a hombres más jóvenes que ellas.
Muchas especulaciones en los medios de comunicación han afirmado que la residencia Macron tiembla cada vez que discuten, algo que la Primera Dama ha negado rotundamente: "Tenemos cosas que decirnos, a veces no amables. Nos decimos cosas... pero siempre a puerta cerrada", cuenta Macron a la vez que añade: "No podemos vivir el uno sin el otro".
Sin papel político
A pesar de que muchas veces se ha dicho que Brigitte Macron es la sombra del Presidente y que ella maneja los hilos, ella afirma contundentemente: " No tengo ni el gusto ni las habilidades para la política. Soy una presencia, una presencia sin que me vean. Presente en todas partes, visible en ninguna parte. Cuando mi marido tiene necesidad, sabe dónde estoy".