Su intención es hacer frente a la deuda que atesora desde que se declarase en junio de 2017 en bancarrota. También ha puesto a la venta otros objetos como las raquetas que solía utilizar o las zapatillas con la que jugaba habitualmente. Y es que su deuda ya alcanza la cifra de 60 millones de euros.
Aunque eso no es todo, ya que también tiene que hacer frente a delicados asuntos personales. En el mes de mayo, se separó de su segunda esposa Lilly Kerssenberg. Todo apunta a que su ruptura se debe a la inversión que realizó Boris en una compañía petrolera de Nigeria, la misma que llevó al extenista a la bancarrota.
La mala racha del alemán
"Es una locura pensar que estoy en la ruina", declaró Becker a un periódico de Suiza en 2017. La leyenda alemana del tenis parece no tener suficiente fortuna con las diferentes inversiones que ha realizado en el mundo empresarial, ya que su última empresa le llevó a la bancarrota. Aunque en aquel momento también añadió que tener "los suficientes negocios estatales e internacionales para obtener ingresos que me permitan pagar a tiempo a mi personal y continuar con mi vida normal". Ahora el extenista tiene que afrontar una deuda de 60 millones de euros.