Benito Olmo ha publicado 'Tinta y fuego', una novela que reconstruye el expolio nazi de bibliotecas europeas y que homenajea a los bibliotecarios por su labor restituyendo los libros a sus legítimos sueños. Una historia que habla de la Segunda Guerra Mundial, pero desde un punto de vista novedoso, ya que aborda el saqueo de los libros durante el conflicto. Un libro sobre libros en el que el autor destaca la bibliofilia, que se convierte en un elemento clave de la historia.
Haciendo mención de los rincones más bibliófilos de Madrid en la actualidad y en la Segunda Guerra Mundial, sumado a una trama que mantiene al lector enganchado de principio a fin, Benito Olmo ha presentado 'Tinta y fuego', uno de los libros que abren el catálogo del nuevo sello NdeNovela. En una entrevista con el autor, Benito Olmo ha hablado sobre su última novela, su proceso de creación y si ya está pensando en su próximo libro.
Bekia: 'Tinta y fuego' es uno de los primeros títulos del sello NdeNovela. ¿Cómo surgió esta oportunidad?
Benito Olmos: La editorial Planeta se mostró muy interesada en incorporar 'Tinta y fuego' a su catálogo y que fuera uno de los primeros libros del nuevo sello NdeNovela. Me pareció un gran desafío y ni siquiera me lo pensé. Por cómo trabajan y el mimo que han puesto en el proceso de edición, está claro que no me he equivocado.
B.:¿Qué sentiste al enterarte de que tu novela iba a ser una de las primeras?
B.O.: Reconozco que sentí algo de vértigo ante una responsabilidad como esa. Al ser una de las primeras publicaciones del nuevo sello, de alguna forma 'Tinta y fuego' iba a ser también la imagen de NdeNovela. No obstante, me gustan los retos y creo que me ha ayudado a sacar lo mejor de mí.
B.: La Segunda Guerra Mundial se aborda con frecuencia en los libros, pero no desde esta perspectiva. ¿Por qué decidiste escribir sobre el expolio de los libros en esta época
B.O: Me pareció un tema curioso, al principio, y más apasionante conforme fui profundizando en él. El hecho de que haya un departamento en la Biblioteca Nacional de Berlín que se encarga de examinar los libros robados, averiguar su procedencia y devolvérselo a sus legítimos dueños me resultó irresistible.
B.: En el 2002 se creó una comisión especial para estudiar el paradero de la Biblioteca de la Comunidad Judía de Roma y, tras nueve años de investigación, llegó a resultados poco concluyentes. ¿Qué te animó a escribir sobre un tema del que no se tiene mucha información?
B.O.: La existencia de una biblioteca desaparecida de más de 7.000 libros, entre ellos varios incunables y algunos especialmente valiosos, Me recordó a una de esas historias sobre tesoros perdidos que tanto me entusiasmaban cuando era un crío. Por eso, me decidí a escribir sobre ello y en 'Tinta y fuego' aventuro cuál pudo ser el destino final de esa biblioteca que, como bien dices, a día de hoy sigue en paradero desconocido.
B.: ¿Cómo ha sido el proceso de documentación para escribir 'Tinta y fuego'?
B.O.: Ha sido un proceso agotador y, al mismo tiempo, fascinante. Nunca antes había investigado tanto para escribir una novela, pero, durante el proceso de documentación, no dejaba de descubrir nuevos detalles del saqueo de libros que me empujaban a seguir. Es un asunto muy atractivo y que me ha tenido en vilo durante dos años y medio, que es lo que he tardado en escribir esta novela.
B.: ¿Cómo se consigue integrar las aventuras y la acción de la novela con el contexto histórico?
B.O.: Con mucho esfuerzo, ya que fundir realidad y ficción te obliga a realizar un esfuerzo extra para que las fechas, los nombres y los sucesos reales sean fieles a la verdad. Al mismo tiempo, fue muy divertido tomar a personas reales y ponerlas en situaciones bastante peliagudas. Al final de la novela hay un glosario en el que distingo a los personajes de la novela que son reales de los que no, para ayudar al lector a situarse.
B.: ¿Crees que es más difícil escribir de algo real que de algo ficticio?
B.O.: Sin duda. La realidad pone límites a la ficción. Muchas veces he pensado eso de: "esto lo pongo en una novela y no se lo cree nadie". Sin embargo, en el caso de los libros robados por los nazis, la realidad es lo bastante rica como para dejar un margen bastante amplio a la ficción.
B.: ¿La bibliofilia es el tema protagonista de la novela, ¿por qué querías hablar sobre esto?
B.O.: Desde hace varios años, me apetecía escribir un libro sobre libros. 'Tinta y fuego' es un thriller, sí, pero también es un canto de amor a los libros, a las librerías y a los lectores. Por eso, la narración está salpicada de referencias literarias que los más avezados pillarán a la primera. Tengo que reconocer que me lo he pasado en grande escribiendo esta novela.
B.: En tu caso, ¿alguna vez has leído algún ejemplar raro y valioso?
B.O.: Sí. He conocido a coleccionistas y bibliófilos que me han abierto las puertas de sus bibliotecas, algo que no sucede a menudo. Cuando me han dicho las cifras que han pagado por determinados ejemplares, he tenido que hacer un esfuerzo para no llevarme las manos a la cabeza, pero el coleccionismo no responde a la lógica del común de los mortales y tiene más que ver con las pulsiones que mueven a unos y a otros.
B.: Por otra parte, en la novela se mencionan todos los recuerdos que trae un libro, ¿hay algún libro que te traiga muchos recuerdos?
B.O.: Por supuesto. Por ejemplo, tengo en casa un ejemplar de 'Todos los detectives se llaman Flanagan' que leí cuando era un crío y es el libro que me convirtió en lector. En un mercadillo, nadie pagaría más de dos o tres euros por ese libro, que además está muy desgastado y roto en algunos puntos. Sin embargo, el valor que tiene ese ejemplar para mí es incalculable, al menos desde el punto de vista sentimental. Creo que es un buen reflejo de algo que insinúo en la novela: "Un libro vale lo que alguien está dispuesto a pagar por él".
B.: mencionas esa reflexión que aparece en la novela", ¿estás de acuerdo con lo que dice?
B.O.: Sí. De hecho, hay libros que me acompañaron en momentos muy complicados de mi vida. Ejercieron de salvavidas, como asideros que me permitieron seguir aferrado a la realidad y superar mi desazón. Esos libros ocupan un lugar muy especial en mi biblioteca y me costaría mucho cuantificar su valor. Creo que todos tenemos libros especiales, que nos acompañaron en momentos en los que verdaderamente los necesitamos y se han convertido en parte de nosotros. ¿Cómo poner precio a algo así?
B.: Con 'Tinta y fuego' también has querido homenajear a los libreros y a la labor que hacen. Para escribir esta novela conociste de primera mano su trabajo, ¿Qué es lo que más te sorprendió?
B.O.: El entusiasmo que derrochan a manos llenas en un mundo en el que cada vez se lee menos, obligados a competir con pantallas, grandes empresas y piratas sin apenas medios con los que defenderse. Si no amaran lo que hacen, hace mucho que habrían dejado de existir. Por eso, siempre estoy con ellos y animo a los lectores a que, en la medida de lo posible, acudan a las pequeñas librerías para adquirir sus lecturas.
B.: La novela habla de rincones bibliófilos que se encuentran en Madrid, como la cuesta de Moyano, el Barrio de las Letras... ¿Cuándo se te ocurrió contar con estos lugares en tu libro?
B.O.: Ya que esta novela habla de libros y librerías, me pareció hermoso rendirles este pequeño homenaje. De hecho, una pequeña librería de Cádiz tiene especial protagonismo en la trama: la librería Manuel de Falla, un lugar maravilloso y que todo amante de los libros debería visitar alguna vez. Su dueño se jubilará en unos meses y me pareció bonito dejarle este pequeño regalo en 'Tinta y fuego'.
B.: En cuanto a los personajes, ¿cómo fue su creación?
B.O.: El personaje clave de la novela es Greta, una buscadora de libros raros y valiosos caída en desgracia. Para crearla, tuve que hablar con varios de estos detectives literarios, pero también con coleccionistas y bibliófilos de todo pelaje. Por supuesto, hubo varias lecturas que me ayudaron a terminar de perfilarla, como 'La pasión por los libros', de Francisco Mendoza Diaz Maroto, y también novelas como 'El Club Dumas' y 'El nombre de la rosa'.
B.: Greta va evolucionando según avanza la novela, ¿qué quieres transmitir con este personaje?
B.O.: Greta transmite la pasión por un negocio que tiene algo de anacrónico y que se resiste a desaparecer. La bibliofilia mueve cifras que no siempre están a la altura de las pasiones de unos y otros, Hay coleccionistas capaces de mentir, robar y traicionar con tal de conseguir un libro muy concreto, y otros que preferirían morir de hambre antes que deshacerse de un sólo ejemplar de su biblioteca, por mucho que necesiten el dinero. Greta mira este mundo con escepticismo, pero se siente a gusto examinando trasteros polvorientos, pilas de libros viejos y mesas de saldos con la pericia del cazador experto.
B.: Por otra parte está Oleg, ¿qué puede aportar a Greta y de qué forma se complementan?
B.O.: En la Biblioteca Central de Berlín hay un departamento que se encarga de examinar los libros que provienen del saqueo nazi, localizar a sus legítimos propietarios o a sus herederos y hacérselos llegar. Es una labor titánica y que llevan a cabo con muy pocos medios, pero en la que ponen todo su empeño. Oleg representa a esos bibliotecarios, que creen firmemente en lo que hacen y son capaces de encontrar alternativas e inventarse soluciones cuando se les cierran algunas puertas, con tal de perseguir lo que ellos entienden que es justo. Creo que se complementa bien con Greta, que es desconfiada, cínica y no cree en tesoros escondidos. Por eso entablan una relación atípica y en la que ambos tienen mucho que perder.
B.: En este caso, 'Tinta y fuego' está en formato físico, pero tienes experiencia en las audioseries. ¿Qué formato te parece más difícil para conseguir enganchar al público
B.O.: En ambos casos es igual de complicado. Los creadores de historias debemos competir con pantallas y otros medios de entretenimiento, pero es algo que sucede desde que tengo uso de razón y hace tiempo que dejé de obsesionarme con ello. Trato de construir las mejores historias que soy capaz de crear, independientemente del formato en el que llegan al público. Lo importante es que siempre van a hacer falta historias que nos permitan evadirnos de la realidad y viajar sin movernos del sofá.
B.: Acabas de publicar esta novela pero, ¿ya estás pensando en la siguiente?
B.O.: Por supuesto. Siempre estoy creando, miro a la realidad con ojos de escritor y tengo un proyecto muy interesante entre manos, pero no puedo contar nada todavía.