Santo, Tina, Gianni y Donatella nacieron y crecieron en la ciudad italiana de Reggio de Calabria. Allí su madre, Francessca, era la propietaria de una reputada boutique de moda, mientras que su padre, Antonio, se dedicaba al negocio del carbón. Estos orígenes humildes poco contrastan con la opulencia que tiñe las prendas de Versace, pero como hemos señalado, no hay nada más que caracterice a la familia que la controversia. Los hermanos tuvieron una infancia y una adolescencia feliz, hasta que poco a poco transformaron sus vidas en una carrera sin frenos hacia el éxito, lo que marcó para siempre la historia de estos hermanos. Así son y así se llevan los hermanísimos Versace.
Gianni Versace
Desde pequeño Gianni fue desarrollando sus dos aficiones preferidas, la mitología clásica y la moda. En su infancia comenzó a apreciar el valor de obras clásicas, como la Iliada, la Odisea y la Eneida, lo que trasladó a su otra pasión, la moda -cómo se puede apreciar el logotipo de la firma Versace es la cabeza del personaje mitológico Medusa-. En este negocio comenzó también muy joven, ya que ayudaba a su madre a colectar piedras preciosas e hilos de oro para bordar sus vestidos. Por eso, siguiendo esta línea, estudio arquitectura y se trasladó a Milán para poder trabajar en el diseño de moda.
Gianni Versace se convirtió así en un diseñador reputado y conocido en todo el mundo, pero no todo fue mérito de sus diseños, ya que proclamó abiertamente ser gay sin ocultar su orientación sexual a los medios, lo que ayudó para normalizar la situación del colectivo LGTB en una sociedad en la que aún no había libertad para ellos. En este sentido mantuvo una relación estable con el modelo Antonio D'Amico que duró 15 años, desde el momento que se conocieron hasta la muerte del diseñador, uno de los episodios de nuevo más controvertidos de la historia de los hermanos en particular y de los Estados Unidos en general.
De hecho, es tal la intriga que continúa despertando este asesinato que la tercera entrega de 'American Crime Story' estará centrada en él.
Donatella Versace
A los 11 años Gianni le convenció para que se tiñera el pelo de rubio platino y hoy en día, junto a sus rasgos exagerados por el bótox, es su sello de identidad. Donatella no solo le debe a su hermano mayor crear su imagen, también encumbrarla hacia lo que es hoy en día, la cara de Versace.
Aunque Donatella sabía que lo suyo era dedicarse a la moda prefirió estudiar idiomas en Florencia. No obstante, compaginaba sus estudios universitarios con el diseño de prendas de moda. Más tarde se trasladó con su hermano a Milán, ya que tenía planeado trabajar para él como relaciones públicas. Sin embargo, tal y como relató la italiana para Vogue, Gianni la vio más valiosa como musa. Así fue como el cabeza de Versace le dio a su hermana su propio sello, Versus, la gama joven de Versace.
Tras la trágica muerte de Gianni la empresa familiar quedó a la deriva. Se interrumpió la colección que se tenía preparada y los hermanos permanecieron un año inactivo, hasta que Donatella, que ya había asumido el papel de directora creativa durante el tratamiento de cáncer de oído de Gianni, dio un paso al frente.
Sus primeros años como directora fueron un camino cuesta abajo y sin frenos. La compañía comenzaba a caer en picado y todo señalaba a que se acercaba el fin absoluto de Versace. No obstante, la italiana decidió coger el toro por los cuernos y asumir la situación. Después de 18 años de adicción a la cocaína accedió a ir a rehabilitación y volvió para resurgir de sus cenizas. La firma poco a poco fue retomando el prestigio de años anteriores e incluso se acercó al público masivo a través de la colaboración con H&M para una gama de ropa más asequible. Las voces que nunca pensaron que una mujer pudiera estar al frente de una gran firma tuvieron que callarse y observar como Donatella tomaba rumbo directo al éxito. Además supo fichar antes que nadie a las nuevas estrellas del panorama: Beyoncé, Lady Gaga, Miley Cyrus y las hermanas Hadid e incluso se atrevió a lanzarse como modelo de la competencia, protagonizando la campaña de Ricardo Tisci para Givenchy.
Santo Versace
Es el hermano mayor de Gianni y Donatella, aunque después de él iba Tina, la cual murió a los doce años a causa de una infección de tétanos que no se trató de forma adecuada.
Santo es probablemente el hermano menos controvertido de los tres, ya que su labor siempre se ha desarrollado a la sombra. Tras la muerte de Gianni heredó el 30% de la firma y actualmente se encarga de la política financiera y las ventas de la compañía.
La relación entre ellos
En el funeral de Gianni Armani se pudo ver a muchas personas afligidas: Diana de Gales, Elton John, Sting, Naomi Campbell, Giorgio Armani o Karl Lagerfeld entre otros. También pudimos ver el dolor reflejado en las caras de los familiares del diseñador, aunque se dice que tan solo las lágrimas de Allegra, sobrina de Gianni e hija de Donatella, eran reales.
Esto abriría la veda a la tesis de que la relación entre los tres hermanos podría estar más podrida de lo que podía parecer por fuera, algo que quedó evidenciado con la lectura del testamento del diseñador: el 50% de la compañía para su sobrina, dejando el resto para sus hermanos, a los que no nombró en ningún momento de forma explícita. Esta lectura pilló por sorpresa algunos, pero no a todos, ya que los problemas que existían entre Donatella y Gianni se dejaban de ver de cuando en cuando. Al parecer, la italiana demandaba cada vez más y más poder, hasta convertir su relación laboral en una lucha de poderes por el puesto de líder.
Además, al parecer, Donatella no aprobaba la relación de su hermano con Antonio D'amico, quién también recibió una parte suculenta de la fortuna del diseñador, 26.000 dólares de pensión vitalicia. Si bien, la italiana sigue recordando continuamente la figura de su hermano, tanto en actos públicos como en las redes sociales, donde deja mensajes como: "Aún te echo de menos".
Santo, por su parte, no tuvo ningún problema con el diseñador, o por lo menos uno que trascendiera públicamente, pero lo que queda patente es que los negocios familiares no siempre son buena elección.