Leo Messi tuvo serias dudas de su continuidad en el club catalán durante el momento más duro de la crisis política catalana a finales de 2017. Además, las dudas del futbolista argentino afloraron más al tener sobre la mesa una oferta astronómica por el Manchester City. Pep Guardiola quiso llevarse al futbolista al club inglés, ya que con el argentino ganó todo en el F.C. Barcelona. Aunque se mantuvo alejado de las negociaciones, puesto que los contactos entre ambas partes se hacían entre el exvicepresidente del Barça, Ferran Soriano, y el padre del jugador, Jorge Messi.
Como señala El Mundo, el Manchester City estuvo dispuesto a pagar los 250 millones de euros que figuraban en su cláusula de rescisión y otros 250 millones de euros netos al argentino en cinco años, más 50 millones de euros brutos al padre del futbolista si lograba convencer a Messi de abandonar el club catalán y empezar una nueva etapa en su carrera como futbolista en Inglaterra. Por lo que el City habría invertido 755 millones de euros en Messi, una cifra que está al alcance de muy pocos clubes.
Leo Messi y Sergio Ramos en la Supercopa de España 2017Todas las informaciones sobre la supuesta marcha y el interés del City por el astro argentino surgieron antes y después del 1-O, fecha del polémico referéndum en Cataluña en 2017. En aquel momento, Guardiola aseguró que no había mantenido contacto con Leo Messi, incluso el Manchester City afirmó públicamente que no había negociado con el futbolista, aunque el propietario del club inglés, el jeque Mansour bin Zayed, habló de un inminente fichaje récord.
Messi acabó renovando con el Barça
Tras los numerosos contactos que mantuvieron el padre de Leo Messi con el Manchester City, el Barça logró alcanzar un acuerdo para la continuidad de Messi en el club azulgrana en noviembre de 2017, aunque no lo firmaron hasta diciembre. Después de la renovación, Messi pasó a cobrar 35 millones netos por temporada, divididos entre su ficha y una prima de fichaje, hasta 2021, pero lo curioso es que en el contrato figura una cláusula antiindependencia, por la que quedaría libre si ataluda lograba separarse de España y el club azulgrana no competía en una de las cuatro principales ligas europeas.
