Aunque ahora está de máxima actualidad por las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la figura de Donald Trump ha estado bajo los focos durante décadas. Por distintos motivos, en diversos ámbitos y en diferentes épocas, pero siempre igual de controvertido. Lo que sí que ha cambiado a lo largo de todos estos años es la imagen del empresario reconvertido en político.
Descendiente de inmigrantes alemanes y de madre escocesa, Trump nació en el neoyorquino barrio de Queen en 1946 y, tras su paso por la Academia Militar de Nueva York y la Universidad de Fordham, el magnate se matriculó en la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania, donde se graduó en Economía y Antropología.
A partir de ahí comenzó una imparable carrera empresarial que el presidente de la empresa familiar Trump Organization culminó con la creación de su propio imperio tanto en el sector inmobiliario, con la Trump Tower de la Quinta Avenida como su mayor emblema, como en el sector hotelero y del juego con la compañía Trump Entertainment Resorts.
En los años 80, Donald Trump tenía una melena castaña que nada tiene que ver con el pelo entre canoso y rubio que lleva en la actualidad, así como varios kilos menos. Por aquel entonces, el empresario inmobiliario estaba casado con la exmodelo checa Ivana Trump, con quien tuvo a sus tres primeros hijos. Y mientras que Ivanka se parece a su madre, Donald Jr. y Eric son la mezcla perfecta de su padre cuando era joven.
La nueva imagen de Donald Trump
En la década de los noventa la vida de Trump dio un giro, así como su aspecto físico que fue evolucionando y asemejándose cada vez más a su estilo actual, con unos looks siempre compuestos por traje y corbata, así como un peinado indescriptible con un tono capilar cada vez más claro. Fue durante estos años cuando el magnate se divorció de su primera esposa, su empresa entró en bancarrota, se casó con una actriz, Marla Maples, y volvió a divorciarse unos años después del nacimiento de Tiffany, su cuarta hija.
Rodeado de los lujos que disfrutaba gracias a su gran fortuna, Trump comenzó a alejarse de la imagen convencional de un hombre de negocios para acercarse cada vez más al mundo del espectáculo. Tras recuperarse de la crisis sufrida por su compañía, el empresario salió reforzado y emprendió nuevos proyectos como la construcción de una red de casinos y la compra de acciones de la Organización Miss Universo, con lo que inició su andadura en televisión.
Y es que tras convertirse en un millonario magnate inmobiliario y antes de iniciar su carrera hacia la Casa Blanca, Donald Trump se erigió como toda una celebrity televisiva. Tanto es así que el candidato a Presidente de Estados Unidos fue presentador de su propio reality show en la televisión estadounidense desde 2004 hasta el año pasado.
Durante 12 temporadas, Donald Trump condujo este concurso de la NBC llamado 'The Apprentice', donde algo más de una decena de empresarios competían por un premio económico y un contrato para dirigir alguna empresa del polémico y polifacético Trump, que en el programa popularizó la frase: "You're fired (Estás despedido)".
Entre tanto, el magnate se casó con su actual esposa, Melania Knauss-Trump, hace 11 años y fruto de esta relación, el empresario se convirtió en padre por quinta vez a los 60 años para una década más tarde emprender su ambiciosa apuesta política para suceder al actual presidente Barack Obama, si finalmente logra vencer a su rival demócrata, Hilary Clinton.