Tal y como ha hecho público el programa 'Ya son las ocho', Arantxa Palomino hizo las siguientes declaraciones el día que fue detenida estando ya en el coche de la Policía, motivo por el que forman también parte de la investigación abierta sobre ella y el actor: "Si llego a saber que pasa esto, hubiese incinerado a mi tía. Así nadie se entera y nada de esto hubiera pasado, que no soy gilipollas".
Muy nerviosa, Palomino aseguró que lo único que ella había hecho era cumplir la última voluntad de su tía: "Enterrarla en el pueblo junto a su marido". Y así lo hizo. Tras su fallecimiento -del cual Arantxa asegura que se enteró "por una llamada de la chica que la cuidaba"-, la pareja trasladó el cuerpo hasta Asturias, donde Isabel había vivido hasta que meses antes se había instalado en la casa de estos en Madrid -según ellos, por su propia voluntad; según el resto de la familia, no tanto-. Pero fue el hermano de la fallecida la que denunció ante la Guardia Civil sus sospechas en torno a la muerte de su hermana, solicitando que se le realizase una segunda autopsia ya que no tenía constancia de ninguno de los problemas de salud que la pareja decía que Isabel tenía y le habían costado la muerte.
Los resultados de la autopsia y el registro del hogar
Algo que no mejora al descubrirse también el resultado del registro hecho en la casa de la pareja. En la búsqueda de restos de esos metales pesados que le podrían haber causado la muerte a Isabel los agentes se toparon con hasta 140.000 euros en metálico, algo inusual que ha hecho que se levanten también sospechas. Esta cifra de dinero está muy por encima de los movimientos de dinero que se hicieron en la cuenta de la fallecida poco antes de su muerte. Según aseguró Palomino en su primera declaración: "Luis no se fiaba de los bancos", por lo que tenía el dinero en metálico distribuido por diferentes sitios "por si venían a robar".