Aunque estudió Comunicación, Ángela Becerra siempre supo que su verdadera vocación era la literatura. Por ello, dejó su exitosa carrera para dedicarse de pleno a la que es su mayor pasión y la que le ha regalado tantas alegrías. La última de ellas ha sido el Premio de Novela Fernando Lara XXIV, que la escritora colombiana ha obtenido gracias a su última novela 'Algún día, hoy' en la que relata la historia de una joven que ayudó a cambiar el destino de las mujeres.
Bekia: ¿Qué ha supuesto para ti ganar el premio Fernando Lara 2019 y convertirte en la segunda narradora sudamericana en hacerse con este galardón tras Zoé Valdés?
Ángela Becerra: Lo primero de todo es que estoy muy feliz. Creo que estos 6 años de escritura de esta novela han merecido la pena. Pienso que es una novela muy madura y que se merecía el premio. Sobre todo por el hecho de que la protagonista principal fue una mujer que durante muchísimos años ha estado bajo una capa de olvido y el hecho de visibilizarla ante el mundo es algo que el mismo premio va a ayudar a hacerlo realidad.
B: ¿Cómo definirías 'Algún día, hoy'?
A.B: Es un canto épico a la liberación de las mujeres y un monumento a la amistad más pura entre dos mujeres de clases sociales muy contrastadas, pero que comparten la condición de ser mujeres sumisas y maltratadas por la sociedad machista. También es un canto a un gran amor. Son 3 pilares muy importantes dentro de la novela. La atmósfera en la que la novela está envuelta es una atmósfera con mucha exuberancia y con la belleza de una época en la que se vivieron muchos cambios.
B: ¿Cómo conociste a Bestsabé Espinal y qué fue lo que te llevó a crear una historia en torno a ella?
A.B: Las historias te buscan a ti y si la historia se repite en tu cabeza al final acaba por fecundarte y nace la novela. Yo estaba dormida a las 2 de la mañana en Cartagena y puse la televisión y estaban echando el final de un documental en el que se hablaba de ella como una mujer líder muy joven que había tenido la osadía de enfrentarse a unos patronos que eran maltratadores. Empecé a investigar y me di cuenta de que podía hacer una gran historia y poco a poco me fui enamorando de un personaje tan fuerte y a la vez tan frágil. Además, tenía la suerte de que de este personaje se sabía muy poco, solamente la fecha de nacimiento y los días en los que participó en unas de las primeras huelgas generales feministas y luego el día de la muerte. Como novelista me permitía ficcionar prácticamente todo el libro y envolverlo con personajes que tuvieran una fuerza y que le dieran a ella el apoyo para caminar la historia. Las dos protagonizas se ven unidas en la desgracia y terminan siendo hermanas de leche porque a la rica su padre no la quiere alimentar y la madre de Betsabé termina haciendo de ama de cría.
B: ¿Se podría decir que en Ángela Becerra hay algo de Betsabé Espinal?
A.B: Sí, yo creo que siempre hay algo de uno en los personajes que crea. Considero que durante toda mi vida he sido una persona rebelde, he estado en desacuerdo y he luchado por mantener mi lado femenino y que se respete esa feminidad que no parte de un feminismo rancio, sino del derecho de ser mujer con emociones, con sentimientos, con delicadeza y con esa fuerza suave que aporta muchísimo a una sociedad que ha querido callar esa parte bautizándola como debilidad.
A.B: El París de los años 20 es algo que toda la vida me hubiese gustado haber vivido. Ese París bohemio, de los artistas que rompían esquemas, que creaban nuevos movimientos, esa libertad de expresare... Era una manera de caminar ese París. Por otro lado, quería demostrar que no está tan alejado el antiguo continente del nuevo en cuanto a lo que está sucediendo a nivel social. La mujer tiene los mismos problemas en este momento tanto en América como en Europa. Se están gestando también huelgas en Francia, Londres y muchas de ellas son de fábricas textiles y en el otro extremo del mundo también está sucediendo lo mismo. La injusticia no tiene nacionalidad.
B: De todos los valores que transmites con esta novela, ¿cuál es el que te gustaría que quedase más impregnado en la conciencia de los lectores y lectoras?
A.B: Primero tener la capacidad de asombro en el tema de los sentimientos y las emociones, la rabia, el amor, la frustración y el camino que te lleve a hacer la vida termina por enseñarte que la vida se impone por encima de todo. Es un manifiesto a la amistad, al amor y sobre todo a la fuerza femenina, a esa lucha por encontrar su lugar en el mundo.
B: Como bien enseñas en tu libro, la revolución feminista comenzó hace muchísimo tiempo, sin embargo, en los últimos años esta corriente está adquiriendo cada vez más fuerza y peso en la sociedad. Un ejemplo de ello fue la manifestación del 8 de marzo de 2018, ¿qué opinas de esto?
A.B: Yo empecé a escribir la novela en el 2013 y en estos últimos años han pasado muchísimas cosas. Creo que esto es solo la punta del iceberg que apenas acaba de emerger y que ya es imparable. Las mujeres somos más de la población mundial y cada vez hay menos miedo para expresarse y cada voz se va uniendo formando una montaña de fuerza. Creo que todavía hay mucho camino por recorrer y creo que el mundo occidental tiene que ayudar muchísimo al otro lado del mundo, donde hay tantas injusticias, y hacer fuerza para que imponga en el otro lado eso que está empezando a suceder aquí.
B: ¿Qué le dirías a todas aquellas personas que piensan que el machismo está erradicado de la sociedad?
A.B: Cada uno tiene que empezar a educar de otra manera. Pienso que el machismo parte de la cuna e incluso las mujeres se han encargado de ir pasando de generación a generación esa mala educación en la cual al hombre se le daba una serie de oportunidades y se le educaba de una manera y a la mujer se le educaba de otra. Hay que cortar con esa cadena y eso parte desde casa, el colegio, el instituto y desde la universidad. Hay todavía un trabajo por hacer en cuanto a educación.
B: Después de haber obtenido un galardón de tal calibre, ¿cuál es tu próximo objetivo o reto?
A.B: Yo en este momento estoy en cuarentena, acabo de parir y no me puedo quedar embarazada de otra novela. Ya aparecerá otra historia, pero no la buscaré porque como siempre ella vendrá a mí.