Parece que el fútbol no vive sus mejores momentos legales pues, tras la acusación de Cristiano Ronaldo por presunto fraude fiscal, llega una nueva macroperación contra la corrupción en la gestión deportiva: La operación Soule, que ha comenzado con la detención de diez directivos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF); entre ellos, de su presidente Ángel María Villar, su hijo Gorka Villar y el vicepresidente Juan Padrón.
Tras un mes de escuchas y un año de investigación, la Guardia Civil ha comenzado la primera ronda de detenciones de esta operación en la que se acusa a los directivos de delitos de corrupción entre particulares, administración desleal, apropiación indebida, entre otros. Delitos que se transcriben en irregularidades en las celebraciones de partidos amistosos entre la Selección Española de Fútbol y las respectivas de otros países, por las que Ángel María Villar habría hecho tratos de favor para preservar su puesto como presidente de la RFEF.
29 años es el tiempo que Villar lleva en el cargo de presidente, ya que acaba de ser reelegido por octava vez en mayo de este año. En ese sentido, las amistades acusadas de corrupción que el presidente tenía en la FIFA han acabado salpicándole para ser investigado. Uno de los hechos determinantes que desataron esta macroperacion fue la falta de justificación del destino al que fue a parar la s ubvención pública de 1,2 millones de euros.
Sociedades encubiertas
Desde 2009 se estarían malversando las arcas de la Federación a favor de Villar y su hijo, pues una de las sociedades que está siendo investigada por el juez del caso, Santiago Pedraz, sería Sports and Advisers. Esta empresa, propiedad de Gorka Villar habría gestionado las retransmisiones de los partidos de fútbol de la Selección, así como la gestión de los derechos de imagen de la misma.