La psiquiatra Anabel González, autora del libro 'Lo bueno de tener un mal día', regresa con un nuevo libro que ayudará a explorar nuestro interior para poder encontrar las respuestas a un malestar emocional, al parecer inexplicable, que no nos permite avanzar hacia adelante. En 'Lo que no pasó: Cómo curar las heridas que nos dejan el abandono, la ausencia y las pérdidas', la autora ayudará a explorar el interior de las personas para encontrar respuestas a un malestar inexplicable que no permite avanzar. Un libro para poder conocernos a nosotros mismos realmente. ¿De qué forma puede influir lo que no pasó con lo que nos ocurre ahora?

Bekia: ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro? ¿Hubo algún caso o experiencia personal que te inspirara?
Anabel González: El título fue lo primero que surgió. Yo llevo muchos años trabajando en terapia con este tipo de temas y la importancia de las cosas que no pasaron me parecía interesante resaltarlas y también un poco a darla a conocer.
B: En tu libro abordas cómo las ausencias y pérdidas pueden dejar huellas profundas en nuestra vida. ¿Qué te motivó a centrarte en este tema específico?
A.G.: Creo que muchas veces se nos hace más evidente el efecto de lo que sí pasó y nos dolió y puede pasar un poco desapercibido lo importante que es lo que no ocurra alrededor de esto. Por ejemplo, si está pasando algo grave y las personas que están ahí, con las que contamos pues no están al otro lado o no nos apoyan, a veces nos hace más daño eso que lo que está sucediendo. Entonces me parecía importante poner el acento en esa parte.
B: En el libro, hablas sobre el "dolor que no se ve" de lo que no pasó. ¿Cómo podemos reconocer esas heridas en nosotros mismos?
A.G.: Nos damos cuenta a veces desde el presente y las dificultades que podamos tener sobre el día a día y a veces no entendemos muy bien el origen de esas dificultades porque podemos pensar 'claro no me ha pasado nada como para que ahora mismo pueda costarme tanto trabajo esto o pueda tener tantas dificultades en relaciones o acabes siempre con el mismo tipo de pareja, por ejemplo'. Entonces, si echamos la vista atrás, y buscamos no solo lo que nos pasó, sino que además este tipo de cosas que pudieron faltar o por ejemplo si yo no tolero la soledad ahora, puede ocurrir que yo haya tenido experiencias de soledad dolorosas, simplemente que no hubiese nadie ahí durante mucho tiempo, en situaciones complicadas de mi vida, entonces yo ahora no tolero la soledad. Y puedo hacer de todo en las relaciones para no sentirme sola lo cual me acaba generando una serie de problemas y la raíz está ahí, por ejemplo en este tipo de situaciones.
B: El título de tu libro sugiere una guía hacia la curación. ¿Qué pasos o métodos recomiendas para sanar las heridas causadas por el abandono, la ausencia o las pérdidas?
A.G.: Recetas en el libro no hay. El trabajo de reconstruir algo así es un trabajo que lleva su tiempo, que requiere primero entender si algo de esto nos puede haber influido, cómo nos ha influido y luego hacer un trabajo como de sembrar lo que no pasó. Darme cuenta de que a lo mejor he necesitado sentirme importante, que no he crecido o no he vivido con personas que me han hecho sentir importante, y a lo mejor tengo que empezar a reivindicar que yo también importo y cómo lo hago a nivel concreto y real. Yo creo que es un camino muy diferente para cada persona como para resumirlo en una receta o en un paso que haya que poder dar. Yo tengo que mirar primero dónde están mis huecos.

B: Para aquellos que han experimentado pérdidas o ausencias a lo largo de su vida, ¿qué consejo les darías para comenzar su camino hacia la sanación?
A.G.: Yo creo que el primer paso es entender lo que nos pasa. Y pararnos a reflexionar y a darnos cuenta y bueno yo lo que voy dibujando en el libro son como distintos escenarios en los que pueden haber faltado cosas y al irlo recorriendo, pues confío en que la persona se vaya dando cuenta de que alguna de esas cosas sí que tuvo una repercusión o un impacto. Sin ese primer paso, pues no puedo dar el siguiente. Y otro importante es que precisamente empecemos un camino hacia un cambio. No basta simplemente con darme cuenta de que a mí la soledad me afecta negativamente, sino que a lo mejor yo busco cómo hacer cosas yo solo que sean nutritivas y que sean positivas para mí y cómo buscar la compañía que a lo mejor no estoy buscando o no la estoy buscando de la manera adecuada o no la busco en las personas adecuadas. Necesitamos movernos hacia lo que necesitamos y algo que ocurre muchas veces cuando hemos crecido sin acompañamiento por ejemplo o sin apoyo, es que nosotros nos hemos también acoplado a ese sistema y ya no buscamos lo que necesitamos.
B: ¿Cuáles son los errores más comunes que crees que cometemos las personas al intentar sanar por nuestra cuenta?
A.G.: Pues que a veces ya estamos gastamos un montón de energía en muchas pequeñas cosas pero que quizás no hacemos algunas de ellas el tiempo suficiente y suficiente paciencia y suficiente cariño como para que puedan llegar a dar resultados. Plantamos una cosa pero no la cultivamos, no la regamos, no preparamos el terreno y entonces descartamos muchas buenas ideas porque vamos como picoteando de un lado a otro y buscando soluciones rápidas, cuando en realidad hay soluciones interesantes pero que funcionan más a medio y a largo plazo. Generalmente el efecto de lo que no pasó es un efecto que se ha mantenido durante mucho tiempo y que también requiere tiempo y modificarlo.
B: ¿Crees que vivimos en una sociedad que nos obliga a "seguir adelante" sin procesar realmente nuestras emociones?
A.G.: Bueno, yo creo que se está hablando mucho de lo emocional más que nunca quizás. Así que quizás diría que no. Pero también creo que tenemos que hacer una exploración muy personal de nuestra propia historia porque hablar de emociones ajenas nos puede quedar en lo teórico y a lo mejor si no lo concretamos, no lo conectamos. Así que, yo creo que se empieza a hablar de emociones mucho pero tenemos que encontrar la manera de que esto sea productivo.

B: En el mundo de las redes sociales, donde mostramos solo lo positivo, ¿cómo afecta esto a quienes cargan con ausencias o pérdidas invisibles?
A.G.: Pues si nos centramos en lo fácil que es. No sé si lo positivo, yo creo que me da más miedo las recetas fáciles, porque las recetas fáciles te pueden funcionar un momento pero a la larga no o pueden no funcionarte y eso aumenta la sensación de que 'yo debo de ser inútil porque a mí esto que me dicen que es tan fácil a mí no me funciona', entonces yo creo que es importante que entendamos que cuando se da una píldora breve es una píldora que no hay nada que podamos hacer en dos segundos que pueda cambiarnos de arriba a abajo. Para cambiarnos de arriba a abajo hay que trabajar un poco en los engranajes internos y yo creo que eso puede ser un riesgo. También es cierto que a través de las redes sociales muchas personas entienden cosas o se sienten reconocidos en cosas y que también tiene un efecto positivo en muchas personas.
B: Si pudieras dar un solo consejo a alguien que siente que "le faltó algo" en su vida, ¿cuál sería?
A.G.: Eso que faltó puede empezar a existir ahora si empezamos a sembrar en ese hueco. Ese sería mi consejo principal para aquellos a los que les faltó algo a lo largo de su vida.
B: ¿Qué mensaje final te gustaría dejar a los lectores que están atravesando un proceso de sanación?
A.G.: Que es un proceso que no se termina nunca y lo digo en un sentido positivo. Es decir, a veces las personas que lo están pasando mal se preguntan cuándo van a curarse y yo creo que ninguno estamos terminados ni completos nunca. Que la vida es una constante evolución y que si están en un proceso de cambio hacia funcionar mejor, hacia sentirse mejor, eso en sí mismo ya es una cosa muy valiosa. Que no nos obsesionemos por llegar a ningún sitio, sino por ir valorando el proceso que vamos haciendo.