La asesina de Gabriel se pasa los días prácticamente confinada en su habitación, ya que ni siquiera tiene que salir para ir al comedor para la hora del almuerzo o la cena. En condiciones normales, los presos pueden acceder al patio o a la sala de televisión, pero los directivos de El Acebuche creen que lo más conveniente es alejar a Quezada del resto de presas hasta que se adapte dentro.
Las presas ya avisaron a Ana Julia
Antes de que entrase a prisión, las reclusas aseguraron que estarían dispuestas a 'vengarse' por lo del pequeño Gabriel, ya que la mayoría de las internas son gitanas y para ellas "los niños son sagrados". Por ahora, Quezada ha recibido algún ataque verbal en las pocas veces que ha coincidido con las otras 42 reclusas. Tras pedir un aumento de protección para evitar amenazas, los funcionarios no han tomado ninguna solución al respecto.