Bekia: Acabas de publicar 'Donde todo brilla', ¿cómo te sientes tras su lanzamiento?
Alice Kellen: Da un poco de vértigo. Es como que estás un poco a la expectativa porque no quieres decepcionar, quieres que vaya bien. Pero también estás muy ilusionada y con muchas ganas. Llevas todas estas semanas esperando este día.
A. K.: Claro, pero es como que ya están esperando y hay una expectación que crea un poquito de presión. Ese es un poco el contrapunto. Está la parte positiva ese apoyo, y la otra parte es: 'a ver cuándo la lean, qué sensación deja'.
A. K.: Es la historia de Nicki y River. Empieza cuando son niños y se desarrollo en un pueblecito en la costa de Maine, alrededor de la tradicional pesca de langosta. Los vamos acompañando conforme van creciendo, a ellos y a sus familias, el entorno, sus amigos. Es una novela un poco coral y yo creo que consiste un poco en cogerlos de la mano y ver qué les depara la vida.
B.: ¿Cómo surge esta idea?
A. K.: La idea surge porque me apetecía mucho hacer una novela familiar y coral. Y sobre todo familiar en la que la familia no fuera disfuncional, que fuese un poco una familia que te acogen, te arropan y son los pilares de Nicki y River y que también condicionan quiénes son ellos.
B.: Junto a Nicki y River, también otros personajes ayudan a narrar la historia desde su perspectiva
A. K.: Sí, como Nicki y River, quería que todos pudiesen aportar y que también a través de la narración de los secundarios, como la relación entre River y Maddox, también conociésemos a River. O que, a través de la relación de Nicki con su hermana, su madre o su abuela también conociésemos a Nicki. Cómo interactúan con su entorno y que los secundarios los abrazasen y fuese todo un puzle. Es un poco lo que ocurre en la vida real: que no eres solo tú, eres también todo tu entorno.
B.: ¿Has pensado alguna vez en desarrollar más a fondo la vida de alguno de los personajes secundarios de tus historias?
A. K.: No, termino un proyecto y lo dejo terminado. Sí que es verdad que, como la historia de la abuela Mila era más larga, y también tenía historia para Heaven, la hermana de Nicki, se me iba mucho la longitud y tuve que empezar a recortar porque no podía ser.
B.: Al acompañar a los personajes de la mano durante su vida, consigues crear una novela muy bonita, pero también, en cierto modo una historia un poco triste, porque es como la propia vida.
A. K.: Claro, es un poco como una montaña rusa: a veces suben, a veces bajan. Pasan imprevistos, a veces hay cosas tristes, otras veces te repones... Es un poco como todas las etapas y son cosas muy cotidianas realmente, que nos pueden pasar a uno mismo o a gente de tu entorno. No es que haya explosiones o disparos, sino cosas muy comunes.
B.: ¿Y cómo te sientes al escribir sobre esos momentos? Porque, cuando alguien los lee, le afectan, ¿al escribir pasa igual?
A. K.: Sí. Yo hay momentos en los que me meto mucho. De: 'Ay, ¿por qué está pasando esto? Si quiero que sean felices'. Hay momentos, hay frases, como una que se dicen: 'Ya no sé quién eres'. Esa frase me dolió cuando la escribí. Pero bueno, tú te tienes que emocionar también con lo que estás escribiendo y tienes que creer en ello de alguna manera.
B.: ¿Qué ha sido lo que más te ha costado escribir de esta novela?
A. K.: Yo creo que han sido los comienzos. También un capítulo, de cara al final, en el que Nicki conoce a un personaje que es importante. En ese capítulo, en el que aparece por primera vez este personaje, tenía que presentarlo y estuve días dándole vueltas.
B.: La historia no está contada de forma lineal, sino que son saltos en el tiempo, ¿cómo surge esa idea?
A. K.: Surge porque le pasé las primeras páginas a mi editora y me comentó que estaba muy bien, pero que era una novela un poco río. Porque era más lenta y vas conociéndolos poco a poco. Y pensé que, para meterle un poco ritmo, tenía que meter cosas que iban a pasar y que se fueran preguntando el por qué, el cómo iban a llegar a ese punto. Y que quieras, que tengas un poco esa intriga, de querer llegar a ese punto. Es una cuestión del ritmo de la novela, porque si no se quedaba una novela muy plana en el sentido de que enganchaba menos. Había menos expectación. Y luego me gustó mucho y empezó a ser un poco como un juego. El cómo colocar. Tenía miedo de que el lector no lo entendiese, de que fuera confuso. Y es verdad que al principio descoloca un poco, pero que una vez te metes y te dejas llevar, lo entiendes.
B.: ¿Cómo te has organizado para escribirlo? Porque conseguir que todo encaje debe de haber sido muy difícil.
A. K.: La cronología la tenía muy preparada para no meter mucho la gamba, porque son cosas que luego son muy difíciles para arreglarlas. Pero esta estructura también me invitaba mucho a colocar, descolocar, a jugar un poco como con un puzle. También ha tenido esta parte como más divertida y que me daba ese margen.
B.: Consigues crear personajes muy complejos, ¿te inspiras en alguien a la hora de escribirlos?
A. K.: Al final siempre dejas cosas de ti misma, cosas de la gente que conoces, cosas de las películas que ves, de las canciones que escuchas, de los libros que lees... Y tú te los tienes que imaginar. Tienes que imaginártelos humanos con sus luces y sombras para luego poder plasmarlos. Tienes que saber más sobre los personajes que lo que luego plasmas. Hay cosas que sabes o escenas que eliminé porque, por cuestión de ritmo, me sobraban o no aportaban nada. Pero hay escenas que existen y no he llegado a escribirlas, a lo mejor están solo en mi cabeza.
B.: ¿Cómo consigues que la gente se enganche tanto a tus historias?
A. K.: Me importa el ritmo: tienes cuidado de que la introducción no sea muy pesada o muy de detenerte. En aspectos como en esta novela están los cambios en la estructura, para que desde el principio intrigase más o enganchase más porque el ritmo era como más lineal. Es muy importante cómo empieza una novela, porque siempre tardas un poquito en engancharte, y no tardar un tercio de la novela, porque a mí me pasa como lectora, pero sí que cuando llegas a la mitad tienes que estar dentro de la historia.
B.: ¿Qué esperas que sientan los lectores cuando lean 'Donde todo brilla'?
A. K.: Al final lo que quieres es que vivan la historia que estás contando. Que se imaginen a los personajes como personas de carne y hueso, que sientan lo que ellos están sintiendo, que se enfaden cuando ellos se enfadan, que se enamoren cuando ellos se enamoran... Que lo que está pasando se transmita.
B.: Cuando acabas un libro, ¿te cuesta despedirte de los personajes?
A. K.: Sí, es un poco un duelo. Tú cierras la historia y los sigues viendo, caminando por ahí, pero la historia ya ha acabado.
B.: A lo largo de las páginas de 'Donde todo brilla' hay fragmentos de un cuento, ¿has pensado en escribir para niños?
A. K.: Me gustaría, si en algún momento encontrase el tiempo. Me encanta la literatura infantil, me apasiona. Es superbonita y superinspiracional y hay muchos libros infantiles que digo: 'Pero si es que esto es para adultos'; porque se puede entender mejor a veces desde una perspectiva adulta, tiene otro significado. Supongo que los niños lo entenderán, pero a su manera. Pero también hay muchas cosas que te recuerdan cosas de las que te olvidas durante el camino. Pero me encantaría. Además, lo bueno es que los niños están como mucho más abiertos a lo que sea. Todo es posible en su mundo, entonces sería como mucho más divertido.
B.: ¿Qué es lo que más miedo te da a la hora de publicar una novela?
A. K.: Yo creo que no cumplir las expectativas de las lectoras, de la editorial... Quieres que todo vaya bien y estén satisfechos y que deje una buena sensación en el sentido no tanto de que la historia sea positiva o negativa, sino una sensación de que se les quede en el recuerdo.
B.: ¿Qué es lo más importante cuando empiezas a escribir una nueva novela?
A. K.: Me tiene que motivar y entusiasmar a mí. Yo creo que, por muy clara que tenga la clara, si no me supone un reto y una motivación... Es como que tengo que tener muchas ganas de escribir y que me cause curiosidad, ilusión...
B.: ¿Tienes algún ritual para escribir?
A. K.: No, realmente no. Escribo cuando puedo. Sí que suelo tener una playlist donde meto canciones, pero hay veces que la uso y veces que no. Pero me gusta tenerla. Es una playlist que depende de la novela que vaya a escribir. De cada novela tengo una y están disponibles en Spotify, porque la dejo hecha por si los lectores quieren ver qué escuchaba mientras escribía.
B.: ¿Te has planteado que alguna vez tus libros sean adaptados al cine? ¿O se haga una serie sobre ellos?
A. K.: De momento, no. No hay nada previsto. Si surgiese, supongo que hay que disfrutarlo desde otra perspectiva. Como que es algo que ya no está en tu mano. Es como la visión de otra persona de una misma historia. Y yo creo que me daría un poco de vértigo, pero también hace ilusión. No sé, igual cuando surja me lo planteo más a fondo, ahora lo tengo en stand by.
B.: Si se llega a dar el caso, ¿te gustaría estar presente y participar en el proceso de creación de esa película o serie?
A. K.: Es complicado. Como preferir... prefieres estar y controlarlo todo, pero yo no me dedico a eso. Entonces, no sé de ese ámbito. A mí me gusta escribir y quiero dedicar mi tiempo de trabajo a escribir. Esa es la contradicción un poco, sí, puedo estar ahí encima, pero ese no es mi trabajo. Pero tampoco quieres dejarlo en manos de otros y tienes ese conflicto. No sé qué haría. A ver, algo presente sí que me gustaría estar, la verdad, si no, yo creo que me causaría mucha ansiedad.
B.: De cara al próximo año, ¿qué proyectos tienes entre manos?
A. K.: Estoy empezando el comienzo de una historia, pero no sé si saldrá o la aparcaré y haré otra cosa. Es un poco diferente a lo que he hecho hasta ahora. Hasta que no llevo bastante, nunca sé si el proyecto va a cuajar. Y, por eso, lo empiezo meses antes, porque cuando termino la parte de promo y me siento a escribir a tope cada día, tengo que tenerlo muy claro. No puedo empezar entonces, porque, si no funciona, no tengo margen para escribir otro.
B.: ¿Alguna vez has publicado un libro del que no estabas muy convencida?
A. K.: No. Lo que sí que me ha pasado, de un libro mío, ha sido, años después, decir: 'Pues ya no me gusta tanto'. En ese momento sí que estaba muy feliz, pero con el paso de los años ya no siento que me represente o cuando me dicen que recomiende uno, nunca lo recomiendo. Ese tipo de cosas que son inevitables porque tú vas cambiando.
B.: Si tuvieras que recomendar un libro tuyo, ¿cuál sería?
A. K.: Ahora mismo, 'Donde todo brilla'. Cuando acabas un libro, tienes aún muy presentes a los personajes. El último es el que tienes más próximo y en el que piensas más, porque de los otros han pasado años y dejas de pensar en ellos. Lo cierras un poco. Pero con esta estoy en proceso.