Alexandra Roma presenta su nueva novela, 'Las alas que inventamos', y nos ha contado cómo está viviendo este libro que fue como un auténtico regalo para ella pues le permitió salir de un bloqueo momentáneo en su vida. La escritora nos ha hablado en profundidad sobre esta nueva novela y nos ha presentado a sus personajes, Kelly y Graham, quienes van a enamorar a todos los lectores.
Bekia: Presentas 'Las alas que inventamos', tu nueva novela. Cuéntame cómo estás.
Alexandra Roma: Estoy muy ilusionada. Siempre cuento un chascarrillo y es que cuando lees la última versión de la novela antes de que vaya a imprenta suele ser un momento de nervios porque ya no podrás tocar nada más del texto y, sin embargo con esta, me ocurrió algo distinto y es que estaba feliz por haber escrito exactamente la novela que quería.
B: Osea que es el resultado exacto de lo que buscabas.
A.R.: Sí, en esta ocasión estoy muy contenta con el resultado.
B: En rasgos generales, ¿qué nos vamos a encontrar en 'Las alas que inventamos'?
A.R.: Es una novela que habla de los sueños a través de dos personajes. Por un lado tenemos a Kelly, que es una escritora en crisis y, por otro lado, tenemos a Graham Scott, que es un jugador de los Boston Bruins que ha tenido una lesión y está a la espera de una operación crucial para su futura carrera. La vida de estos dos personajes se entremezclará cuando a Kelly le ofrezcan escribir su biografía y, a partir de ahí, se desarrolla una historia de los dos personajes muy distintos, muy opuestos, pero que comparten algo en común y es que sus sueños se están tambaleando.
B: Me hablas de Kelly, que es una de las protagonistas de esta novela. ¿Qué rasgos has querido plasmar en ella?
A.R.: Ella es una chica que cuando tiene 16 años logra escribir una novela y que se la publique una editorial. Entonces, cuando todos sus compañeros con 18 años van a la universidad y deciden que hacer con su vida, ella le da esa oportunidad a su sueño. Lo que es que después de varios años, cuando sus compañeros están terminando la universidad y se están encaminando hacia la vida adulta, ella tiene justo un bloqueo con el que está perdiendo su sueño. Ahí es cuando le ofrecen desde la editorial que, en lugar de ficción escriba no ficción escribiendo una biografía, para ver si así puede recuperar la inspiración porque la chica lo está pasando mal.
B: Uno de los puntos importantes en la personalidad de Kelly es que su madre falleciera de manera trágica. ¿Por qué has querido darle ese pasado a tu personaje?
A.R.: Kelly siempre dice que hay momentos, acontecimientos, que te marcan y que mides el tiempo a través de ellos y uno de estos es la muerte de su madre. Kelly, en este viaje, no solo experimenta su frustración con escribir. Kelly, antes de morirse su madre, todo el mundo decía 'eres muy simpática, muy agradable' y ella se terminó creyendo que era así. Después de morir su madre todo el mundo decía 'es que ella está triste, está mohína, introvertida' y ella se terminó creyendo que era así. Ahora, en esta novela la gran pregunta es ¿si nadie me pusiese un adjetivo, quién es Kelly? Es lo que ella tiene que descubrir.
B: Qué importante es la escritura y la lectura en momentos tan complicados como la pérdida de alguien. Cómo salva muchas veces.
A.R.: Yo creo que la ficción salva más veces de las que incluso nos damos cuenta. Tanto la literatura, como los programas de entretenimiento, las revistas... Todo. Al final, son capaces de dejar nuestros problemas al lado e irnos a otro mundo. Eso se vio por ejemplo en la pandemia. Mucha gente sobrellevó la pandemia gracias a poder leer, sobre todo la gente que estaba sola.
B: En Kelly vamos a verte reflejada a ti en cierta medida, porque hablas de ese bloqueo de escritura que ha tenido y tú cuentas que también lo has tenido.
A.R.: Yo no soy Kelly, no me importaría que me hubiese pasado su historia, pero no soy ella. Sí es cierto que yo quería hablar sobre los sueños y no sobre los sueños de la meta, que al final es casi siempre de lo que se trata, sino de cuando los tienes, lo duro que es mantenerlos. Coincidió con un bloqueo y fue por lo que yo le di la voz. Evidentemente hay muchas cosas que son mías porque al final yo estaba pasando por el mismo proceso que ella.
B: ¿Dirías que 'Las alas que inventamos' te salvó de ese bloqueo?
A.R.: Sí, fue literal. Yo estaba con el bloqueo, lo admití, estuve sin escribir y de repente un día sin expectativas ni presión escribí el libro. Poquito a poco ví que avanzaba, que no se me iba la ilusión, que era muy feliz con él y me devolvió la confianza en mí misma. Ahora mismo la mantengo.
B: Lo mejor es que vaya fluyendo y dejarse llevar. Sin presiones.
A.R.: Vivimos en una época en la que todo es productividad y parece que cuando no, mal. A veces tienes que parar y decir 'respira'. Durante 10 años he estado trabajando y escribiendo a la vez, a lo mejor necesitas respirar y no es nada malo. Simplemente recargar para seguir.
B: Por otro lado tenemos a Graham. Concretamente tenemos una escritora y un deportista profesional. Qué mundos tan contrapuestos a primera vista pero que van a encajar perfectamente en la historia.
A.R.: Son dos mundos muy contrapuestos. Por otro lado está Graham, es canadiense y a los 18 años ficha por el Boston Bruins. Es un jugador que estaba llamado a ser la estrella, muy bueno, el típico jugador que destaca por encima de la media. Lo que pasa es que tiene una lesión y le tienen que operar y no saben si volverá a jugar o no. Graham vende sus derechos para hacer su biografía pero siempre pensando en un futuro, en cuando me retire, cuando pulverice algún récord... Los milagros venden pero las tragedias crean best sellers y la editorial lo pone en marcha. Él no es tonto y piensa que la editorial lo ha puesto en marcha porque creen que va a salir mal y para sacarle partido. Por eso, en un principio no se lo pone fácil a Kelly, pues siente que lo que están haciendo es quitarle la poca esperanza que tiene.
B: ¿Qué aspectos destacarías de la personalidad de Graham?
A.R.: Es una persona muy arrogante, muy divertida, muy distinta a Kelly. Son como el agua y el aceite, lo que pasa que a Graham lo que le sucede es que es muy guapo y demás pero él piensa que no tiene nada más que ofrecer aparte de su gran físico y su deporte. Él se plantea qué pasará después y en esta novela lo que él descubre es que no está tan hueco o insignificante por dentro, que quizás tenga algo que ofrecer que no sea solo su cara bonita o cuerpo de infarto.
B: ¿Qué dirías que tienen en común entonces los dos protagonistas?
A.R.: Creo que es que se encuentran en un momento de la vida muy parecido, que es cuando los sueños se tambalean y, siendo tan diferentes, lo que a Kelly le llama la atención de Graham es que todo el mundo le ha puesto adjetivos en su vida y sin embargo Graham no le pone ningún adjetivo, deja que sea ella la que se muestre como es. Eso le lleva a ella a pensar '¿pero cómo soy yo?'. Por la parte de Graham, él está acostumbrado a un tipo de vida y cuando él le habla del tema de los insectos piensa que no le va a interesar a Kelly y esta se interesa.
B: Hay varios escenarios en la novela: Salem, Boston... etc.
A.R.: Escenarios está por un lado Canadá, que es donde es Graham y lo quería incluir porque es un país que me fascina. Me tenía que documentar y la parte de documentación es como trasladarte allí entonces lo elegí porque era un escenario que me gustaba. Luego Boston era porque necesitaba un sitio en el que el hockey hielo tuviese relevancia, que no todos los estados lo tienen y luego quería un sitio que estuviese cerca de Boston para que se desarrollase la historia y que fuera más pequeño. Aquí fue donde me sorprendió Salem. Me pareció que se identificaba mucho con la historia, todo el mundo presupone algo de él y luego es mucho más. Para toda la gente Salem es la ciudad del juicio de las brujas pero a lo largo, cuando te paras a verla, es una ciudad preciosa, de cuento.
B: En cuanto a tu trabajo como escritora, tienes tras de ti reconocimientos muy importantes como el Premio Literario La Caixa. ¿Pensaste alguna vez llegar tan lejos en el mundo de la escritura?
A.R.: Si te soy sincera, no. Hace más de 10 años cuando empecé lo hice autopublicando y recuerdo que a la primera presentación vinieron mi familia y mis amigos y les dije de broma 'quién sabe, lo mismo dentro de 10 años estoy en Planeta'. Cuando empecé con Planeta habían pasado justo 10 años, parecía de broma. Así que lo cierto es que no me lo esperaba pero estoy muy contenta. Poder dedicarte a lo que te gusta es un privilegio.
B: ¿Cuando sacas una novela sigues sintiendo esas ganas y esa incertidumbre que tenías al principio?
A.R.: Sí y espero que no se vaya nunca. Al final, creo que una novela es algo muy íntimo y es inevitable. Es como exponer parte de tu corazón.
B: Son muchas las novelas de este género que ahora se están llevando a la pequeña o gran pantalla. No sé si a ti te gustaría que alguna de estas novelas fuera serie o película.
A.R.: Por gustarme, sí, me encantaría. Sé que hay novelas mías que tienen potencial, como esta de la que estamos hablando. Lo que pasa es que yo soy un poco controladora y me aseguraría de que fueran un poquito fieles porque es verdad que creo que las adaptaciones bien pero cuando tratan bien el libro. Me gustan las adaptaciones fieles. Es verdad que cuando es algo visual hay que hacer otros recursos, pero no que sea completamente distinto. Yo soy mucho más lectora que escritora y me ha pasado de leer un libro y ver luego la película y ver que no se parecían en absoluto. Podrían ser dos cosas diferentes.
B: ¿Te ha llegado alguna propuesta?
A.R.: No me ha llegado. Nunca se sabe.
B: Ahora además vendrá tiempo de firmas y de encuentro con tus lectores. ¿Dónde te vamos a poder ver?
A.R.: Voy a estar en Madrid, en Burgos, por la zona de Valencia. Es una de las partes que más disfruto, sobre todo cuando son las ferias, la verdad es que hay un vínculo muy especial entre el escritor y el lector, sin el uno no estaría el otro. Cuando los lectores te hablan de tus personajes es cuando te das cuenta de que han cobrado vida.