Tras algo más de 24 horas de capilla ardiente abierta al público en el Congreso de los Diputados, y por la que pasaron más de 30.000 personas, los restos mortales de Adolfo Suárez fueron trasladados hasta la Catedral de Ávila.
Sus hijos Adolfo, Javier, Laura y Sonsoles, sus hijos políticos y sus cuatro nietos, Alejandra, Fernando, Adolfo y Pablo, estuvieron en el templo arropados por los cientos de ciudadanos que quisieron acercarse a la Catedral para honrar al artífice de la Transición.
Los Excmos. señores duques de Suárez ya descansan en Ávila
Tras la ceremonia, los restos mortales del expresidente recibieron sepultura junto a los de su mujer Amparo Illana. En la lápida, además de hacer alusión a los "Excmos. señores duques de Suárez", puede leerse el siguiente epitafio: "La concordia fue posible".