Según ha informado Daily Mail, cuando Sarah Hicks tenía 23 años decidió que dejaría de comer para cumplir el sueño del que fue su pareja de que se pareciese a una actriz porno. De ahí en adelante todo fueron problemas. Su peso cambió de 78 kilos a 42 y la anorexia se convirtió en su modo de vida. Tuvo que luchar durante mucho tiempo para superar la enfermedad.
La joven ha reconocido que su padre la llamaba gorda y, si a esto le sumamos el ridículo sueño que tenía su exnovio, acabó por hacerle mella en su autoestima y a punto estuvo de perder la vida. Por lo menos así lo consideraron los médicos que la trataron y, a día de hoy con 27 años, Hicks aún padece las consecuencias de esto: problemas de estómago, dolor en el pecho y más problemas.
Un mensaje fundamental
Sarah Hicks tiene claro que los problemas de autoestima que la llevaron a perder 36 kilos vinieron a consecuencia de los comentarios de las personas de su alrededor. Por ello, a través de sus declaraciones para Daily Mail lanza un mensaje para la sociedad muy importante: "Rodéate de gente que te acepte como eres".