El nieto de la Reina Isabel II ha viajado a París junto a su mujer Kate Middleton. Una visita oficial de dos días que se ha producido cuando están a punto de cumplirse veinte años desde que la Princesa de Gales perdiera la vida en un trágico accidente de tráfico en el Puente del Alma de la capital francesa.
Tras ser recibidos en el Palacio del Elíseo por el presidente galo François Hollande, los Duques de Cambridge asistieron a una recepción en la embajada británica pra apoyar Les Voisins, un proyecto para estrechar lazos entre ambos países.
Ahí comenzó una nueva lección de estilo de Kate Middleton, que escogió para la ocasión un sobrio pero elegante vestido negro de encaje de Alexander McQueen con zapatos anudados al tobillo del mismo color.
Y de un McQueen a un impresionante Jenny Packham largo gris plata con incrustaciones, brillos y transparencias en mangas y escote. Así deslumbró la mujer de Guillermo de Inglaterra durate la cena de gala ofrecida en su honor por Edward Llewellyn, el embajador británico en París.
Kate Middleton, la nueva Princesa de París
Con ese mismo estilismo visitó junto a su marido Los Inválidos y el Museo Orsay, además de asistir a un evento organizado dentro del citado proyecto Les Voisons. A pesar de los tacones y el vestido, Kate Middleton se lanzó a dar unos pases de rugby, un pequeño avance de lo que ocurriría en la tarde del sábado.
Y es que la visita a París se cerró con los Duques de Cambridge en las gradas de Saint Denis para disfrutar del partido de rugby entre Gales y Francia dentro del torneo Seis Naciones. Para la ocasión, y dado que la temperatura había bajado bastante, Kate Middleton optó por un estiloso abrigo rojo de Carolina Herrera.
Una tarde de rugby en la que el matrimonio se mostró de lo más cariñoso entre punto y punto. Así, en un momento dado la Duquesa de Cambridge apoyó su cabeza sobre el hombro de su marido, con el que mostró una vez más tener una gran complicidad; se miran y se lo dicen todo.