El pasado lunes 11 de noviembre, los Reyes fueron despedidos con todos los honores del aeropuerto Adolfo Suárez, Madrid-Barajas para poner rumbo a Cuba, donde realizan hasta el 14 de noviembre una Visita de Estado. Se trata de la décima del reinado de Felipe VI y la primera de un Rey de España a Cuba.
A su llegada al país caribeño fueron recibidos con todos los honores, pero era tan tarde que se marcharon a dormir y comenzaron los actos al día siguiente. El martes 12 por la mañana, Don Felipe y Doña Letizia se trasladaron al Monumento José Martí, situado en la Plaza de la Revolución de La Habana, para una ofrenda floral en recuerdo al poeta, héroe Nacional de Cuba.
De ahí se fueron al Palacio de la Revolución, sede del Consejo de Estado de Cuba, donde fueron recibidos por el Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y por su esposa, Lis Cuesta. Los Jefes de Estado pasaron revista a una formación y se reunieron, además de asistir a la firma 'Marco de Asociación País'. Para estos primeros actos, Doña Letizia lució un vestido de Carolina Herrera de escolte halter en color blanco y con lunares que se ha puesto por tercera vez.
Mientras tanto, la Reina y la Primera Dama se marcharon a La Habana Vieja, donde visitaron la Escuela Taller 'Gaspar Melchor de Jovellanos' en la Plaza Vieja, lugar en el que se desarrollan proyectos con la Cooperación Española. Hubo tiempo para una visita al Convento de San Francisco. Para esta salida se cambió de ropa y se enfundó otro Carolina Herrera también reciclado. Ambas consortes se mostraron cómplices e incluso la Reina sonrió en algún momento, dejando atrás por unos instantes la seriedad que arrastraba desde su llegada a la isla.
Los Reyes se reunieron para recorrer las calles de La Habana Vieja. Don Felipe y Doña Letizia entraron en la Catedral, pasaron por el Palacio del Marqués de Arcos, sede del Liceo Artístico Literario, y entraron en el Museo de Arte Colonial en una visita en la que admiraron los tesoros que guarda el casco antiguo de la ciudad, fundada el 16 de noviembre de 1519.
El Monarca paseaba relajado con una guayabera de color azul celeste, repartiendo saludos y sonrisas. Por su parte, Doña Letizia llegó a sonreír, pero se mantuvo más seria. En algunos momentos, los Reyes presumieron de complicidad paseando de la mano.
La Reina Letizia, seria y dispersa
Para terminar la jornada. Los Reyes acudieron al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, donde visitaron la exposición ¡España-Cuba: contigo en la distancia'. La Reina estaba impresionante con un vestido rojo de firma desconocida que ya llevó en la recepción a las autoridades y personalidades de Illes Balears en el Palacio de La Almudaina de Palma en agosto de 2019. Una vez más, estuvo seria e incluso dispersa.
Inmediatamente después, los Reyes disfrutaron de una Gala de Ballet del Ballet Nacional de Cuba, la Compañía de Carlos Acosta, el Conjunto Folclórico Nacional de Cuba y la Compañía de Lizt Alfonso. Don Felipe y Doña Letizia tuvieron la oportunidad de saludar a los bailarines y bailarinas antes de regresar al Palacio de la Revolución para asistir a la Cena Oficial de Bienvenida dispensada por el Presidente de Cuba y su esposa.