Los Reyes se desplazaron a la Puerta de Brandeburgo, donde posaron con sus anfitriones, el Presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y su mujer, Elke Büdenbender. Hubo momentos para saludar a la ciudadanía allí congregada. El plato fuerte llegó por la noche con la cena de gala que el matrimonio presidencial ofreció a sus visitantes en el Palacio de Bellevue de Berlín, residencia oficial del Presidente de la República Federal Alemana, y donde todas las miradas se posaron en Camilla debido a sus joyas,
Por si fuera poco, la Reina Camilla añadió a su look como collar la tiara City of London que llegó al joyero como regalo de los financieros londinenses a la entonces Princesa Isabel por su boda con el Duque de Edimburgo en 1947. Como las tiaras suelen ser desmontables, la Reina Consorte optó por usarla como joyas, y ya de paso hacer un guiño a la Reina Isabel.
Los Reyes Carlos y Camilla saludaron no solo a Angela Merkel, sino a varios parientes alemanas del Monarca. Más allá de la amplia ascendencia alemana del Duque de Edimburgo, sus cuatro hermanas se casaron con príncipes teutones, por lo que tienen descendientes en Alemania que se siguen tratando con la Familia Real Británica. Por eso, a la cena fueron invitados el Príncipe Felipe de Hohenlohe-Langebourg con su esposa Saskia y su hermana, la Princesa Xenia de Hohenlohe-Langenburg, así como el Margrave Bernhard de Baden, con su esposa Stephanie de Baden.
Durante la cena, el Rey Carlos III se llevó una sorpresa cuando el Presidente Steinmeier le obsequio con una fotografía tomada en 1962 en la que aparecen el Duque de Edimburgo con Carlos en el aeropuerto de Frankfurt: "Una visita a unos familiares te trajo aquí por primera vez en 1962. Tenías solo trece años cuando pisaste suelo alemán, sin recepción oficial, sin prensa, sin fotógrafos. Sin embargo, hay una bonita foto de usted y su padre, el Príncipe Felipe, llegando al aeropuerto de Frankfurt. Un joven periodista, que todavía estaba en prácticas en ese momento, tomó la foto en la pista".
Por supuesto a Carlos III le hizo ilusión y le sorprendió, y respondió sorprendiendo también al ofrecer un discurso en inglés y alemán, lengua que el Príncipe Felipe hablaba con fluidez y en la que el Rey Carlos parece defenderse al menos para un discurso: "Fue, señor presidente, una amistad que le importaba mucho a mi madre, la difunta Reina, a quien le importaba mucho el vínculo entre nuestros dos países. Quería agradecerles a todos, una vez más, por los mensajes profundamente conmovedores de apoyo y afecto que recibimos de tantas personas en Alemania luego de la tristeza de su muerte el año pasado. Damas y caballeros, su amabilidad significó más para mi familia y para mí de lo que puedo expresar", fueron algunas de sus palabras.
"La relación entre Alemania y el Reino Unido también me importa mucho, señor Presidente, y estoy más convencido que nunca de su valor duradero para todos nosotros. Significa mucho para nosotros que mi esposa y yo pudiéramos venir a Alemania para este primera gira por el extranjero de mi reinado. Solo puedo asegurarles que durante el tiempo que se me conceda como Rey, haré todo lo posible para fortalecer las conexiones entre nosotros", declaró durante su discurso.
Espero de todo corazón que mi esposa y yo vivamos lo suficiente para volver a esta maravillosa ciudad y ver crecer nuestro árbol y seguir trabajando en esta preciosa amistad entre nuestros dos países. Por favor, levanten una copa conmigo: por usted, señor presidente federal, y señora Büdenbender. Y a una amistad que no solo sea cordial, sino también, en el sentido más estricto de la palabra, duradera", finalizó el Rey, que hizo referencia al árbol que había plantado con el Presidente Steinmeier en el jardín de Bellevue como parte de la iniciativa Queen's Green Canopy lanzada por el Jubileo de Platino.
Encuentro con Scholz y discurso en el Bundestag
Al día siguiente hubo actos de los Reyes juntos y por separado. Carlos III se desplazó a la Cancillería para encontrarse con el Canciller, Olaf Scholz, y posteriormente y ya con Camilla y tras reunirse en el mercado de Wittenbergplaztz, se trasladaron al Bundestag, el Parlamento Alemán. Allí firmaron en el libro de honor sin que Carlos III tuviera problema alguna con la pluma, como le ocurrió cuando subió al trono. Tras la firma y acompañado por la Presidenta del Bundestag, Bärbel Bas, Carlos III entró en la cámara para realizar un discurso que le convirtió en el primer Monarca de Reino Unido en hablar ante el Parlamento alemán.
Nuevamente habló en alemán en un discurso en el que también usó el inglés y el que destacó el honor por haber sido invitado a hablar ante el Bundestag: "Es un gran honor estar con ustedes hoy. Significa mucho para mi esposa y para mí que nos invitaran a Alemania como reyes en mi primer viaje al extranjero. Y sobre todo, que puedo hablar aquí para renovar nuestro compromiso con la amistad de nuestros países. Mi esposa y yo tuvimos el privilegio de ser invitados aquí en el Bundestag en noviembre de 2000 con motivo del Día de la Conmemoración".
"Fue muy importante para mí, setenta y cinco años después de la Segunda Guerra Mundial, conmemorar a todas las víctimas de la guerra y la tiranía junto a los alemanes y ser el primer miembro de mi familia en participar en esta conmemoración conmovedora. Su invitación de entonces muestra lo lejos que han llegado el Reino Unido y Alemania en el camino de la amistad y la paz. Usted, señor presidente federal, lo demostró de manera tan impresionante en 2008 al participar en la conmemoración del centenario del final de la Primera Guerra Mundial en Londres", prosiguió.
"!Hoy, me enorgullece especialmente estar con ustedes una vez más, ahora como Rey, y renovar el vínculo especial entre nuestros dos países. Esta amistad significó mucho para mi amada Madre, la difunta Reina, quien a menudo hablaba de las quince visitas oficiales que realizó a Alemania, incluidas sus cinco Visitas de Estado. El primero de ellos, en 1965, se produjo cuando nuestro continente aún estaba profundamente marcado por la guerra y el trauma del conflicto. La suya era la generación de tiempos de guerra, y como mi padre, la Reina había servido en uniforme. Que la gira de 11 días de mis padres por Alemania resultara ser un momento crucial en la reconciliación entre nuestras naciones fue, por lo tanto, una cuestión de gran importancia para ambos.
"Mi madre sabía el tremendo logro que significaba esta reconciliación y quería hacer su contribución con sus muchas visitas a Alemania. Quizás por eso se ganó un lugar especial en el corazón de los alemanes. Mi familia y yo quedamos profundamente conmovidos por la reacción de Alemania ante la muerte de mi madre", señaló el Rey.
"Las expresiones de condolencia del Bundestag, la Puerta de Brandenburgo con los colores de la Union Jack y las miles de entradas en los libros de condolencias en todo el país. Todo esto fue un gran consuelo para nosotros en los momentos de duelo. En nombre de toda mi familia, les agradezco desde el fondo de mi corazón la extraordinaria simpatía de la gente de Alemania", añadió Carlos III, que continuó hablando de la guerra en Ucrania y del papel jugado por Alemania y Reino Unido para apoyar el país invadido frente a Rusia, el invasor, y recordó los actos que le quedan por cumplir y que servirán para recordar un pasado que tiene que ser recordado para que aquello no vuelve a ocurrir en el presente y el futuro.