La COP28 terminó, y su contrato termina en febrero de 2024 porque comenzó en febrero de 2023 y fue por un año, aunque parece que, si lo desea, puede seguir en Emiratos Árabes Unidos. Precisamente se ha especulado con los deseos de Froilán sobre su futuro debido a una visita a España que realizó en los primeros días de febrero de 2024.
Esta visita se debió no a un deseo de volver a España cuanto antes y de forma más frecuente, sino por una cita médica. Nacho Gay reveló en el programa de Sonsoles Ónega que viajó a España para una revisión médica. Se quedó cuatro días en casa de la Infanta Elena en Madrid y aprovechó para quedar con sus amigos.
A los 4 días volvió a Abu Dabi para seguir con su trabajo. Cierto es que la COP28 ya acabó, pero su trabajo con ella no ha terminado. Felipe de Marichalar tiene claro que quiere quedarse en Emiratos Árabes Unidos durante más tiempo, y que, de no poder seguir en la oficina residual que se ha mantenido tras la vigesimoctava cumbre del clima, quiere encontrar otro trabajo allí.
Trabajo, pádel con amigos y visitas al Rey Juan Carlos
Aunque echa de menos España, allí nadie le molesta, no le reconocen y no es perseguido por la prensa. Los escándalos le han abandonado, y ya solo por eso, le compensa seguir con una vida que es más tranquila, pero no peor. Como señala Vanitatis a través de fuentes cercanas, Froilán acude a su puesto de trabajo a las 08:00 horas y se marcha a las 17:00 horas. Tiene una hora para comer. Finalizada la COP28, se ha mantenido una oficina residual y el hijo de la Infanta Elena realiza informes.
Un par de veces por semana, Froilán se traslada a la isla de Nurai, donde vive el Rey Juan Carlos. Abuelo y nieto tienen una conexión especial, y este exilio compartido les ha unido todavía más. El Rey Emérito está encantado de pasar más tiempo con su nieto, y las Infantas Elena y Cristina están más tranquilas al saber que su padre está más acompañado.
Dos o tres veces por semana, Felipe de Marichalar queda con unos amigos para jugar al pádel en unas pistas cerca de su casa. Su residencia se encuentra en el centro de Abu Dabi. Vive solo en una casa de unos 60 metros cuadrados distribuidos en salón con cocina abierta, una habitación y un baño. Tiene como vecinos a españoles jóvenes con los que ha hecho piña y que han ayudado a que su estancia en Abu Dabi sea agradable y se plantee quedarse durante mucho tiempo.