Si bien es cierto que la Infanta Elena y sus hijos nunca han llevado bien la presión mediática a la que son sometidos por el hecho de pertenecer a la Familia del Rey, en otras ocasiones han disfrutado de la parte positiva. Una vida económica desahogada y el acceso a privilegios con los que otras personas soñarían y que nunca tendrán son las principales ventajas de su posición. Si embargo, no es todo oro lo que reluce.
A esa presión mediática se le unen ciertas restricciones. Al no ser de la Familia Real, ni Froilán ni Victoria Federica pueden representar a la Corona y por tanto recibir un sueldo de la Casa de SM el Rey, así que sus sueldos tienen que venir principalmente de instituciones privadas. Sin embargo, deben ser ejemplares por el bien de su propio honor, y también por el de la Corona. Felipe VI está pendiente de que la Familia Real sea ejemplar, pero al mismo tiempo vigila que sus familiares más cercanos también lo sean, sobre todo después del Caso Urdangarin y todo lo que ha implicado para la Institución.
Un evento frustrado
No solo eso, sino que aunque Victoria Federica entra y sale y hace lo que quiere, su posición como sobrina del Rey le ha llevado a tener que decir no cuando quería decir sí. Ya hubo un movimiento extraño cuando además de su cuenta privada de Instagram (@vicmabor), abrió otra llamada @vicmarichalar que dejó en público quizás con la esperanza de convertirse en influencer, algo que a buen seguro podría conseguir y rentabilizar. Su cuenta duró un suspiro.
Después ha ocurrido otro asunto que ha dejado claro a Victoria Federica que una cosa es ser madrina de la Exhibición de Enganches de la Feria de Sevilla o posar en unos premios taurinos con el Rey Juan Carlos y la Infanta Elena y otra es ir por libre. Así, como señala Informalia, el Rey Juan Carlos llamó a su nieta para que abstuviera de acudir a un evento público al que tenía pensado acudir con Jorge Bárcenas.
Al saberlo, el padre de Felipe VI tomó cartas en el asunto, y amparándose en el cariño y la buena relación que existe entre abuelo y nieta, instó a la aristócrata a que se quedara en casa y no se expusiera de esta manera. El motivo es que se trataba de una fiesta organizada por la revista Marie Claire, y como le recordó Juan Carlos I, los miembros de la Casa Real o de la familia cercana del Rey, no pueden ir a actos organizados por medios de comunicación o posar en un photocall si no han perdido permiso a Casa Real.
A Victoria Federica le apetecía mucho ir, pero entendió cuál es su posición y que tenía que hacer caso a Don Juan Carlos, así que aceptó a pesar de que le hacía ilusión dejarse ver en el evento. Ese día terminó de entender que ser de la realeza tiene ventajas, pero también inconvenientes.