Los Príncipes de Mónaco se reunieron con el Papa Francisco en una audiencia en la que Charlene de Mónaco renunció al privilegio que le corresponde.
Charlene de Mónaco es otra. Aunque en sus primeros actos oficiales tras volver de su internamiento en Suiza declaró que iba poco a poco en su recuperación, no hay duda de que cada vez se siente mejor tanto física como psicológicamente. Atrás quedó ya la grave infección otorrinolaringológica que comenzó a sufrir desde mayo de 2021, que le mantuvo 6 meses en Sudáfrica y que le dejó muy debilitada a todos los niveles. La Princesa Charlene está cada vez más recuperada, y para muestra, que no para de dejarse ver.
A los actos oficiales con los que cumple en Mónaco se unen los internacionales. En junio de 2022 retomó su agenda en el extranjero con un viaje a Noruega junto a Alberto de Mónaco y sus hijos, los Príncipes Jacques y Gabriella, que incluyó un almuerzo con la Familia Real Noruega prácticamente al completo. Un mes después ha vuelto a salir de las fronteras del Principado por motivos oficiales, visitando otro de los minúsculos países que existen en Europa.Se trata de El Vaticano, lugar que tanto Alberto como Charlene de Mónaco conocen bien y al que viajaron para mantener una audiencia con el Papa Francisco. Los Príncipes de Mónaco mantuvieron un encuentro de 25 minutos con el Santo Padre en la Sala de la Biblioteca del Palacio Apostólico, residencia oficial del Papa. Allí se produjo el intercambio en regalos, en el que Alberto de Mónaco entregó un grabado que representa la capilla del Palacio Grimaldi.
Por su parte, el Papa Francisco les entregó con una obra de bronce que representa a un niño que ayuda a otro a levantarse. Fuentes vaticanas señalaron que el Sumo Pontífice les indicó "que es la única ocasión en la que se puede mirar a otro desde arriba: tenderle la mano y ayudarle a subir". Además de eso, Francisco les regaló volúmenes de documentos papales.Renuncia al Privilegio de Blanco
En esta reunión entre dos Jefes de Estado, la Princesa Charlene renunció al llamado Privilegio de Blanco. El código de vestimenta en las audiencias papales señala que las mujeres deben ir de negro rigoroso para presentarse ante Su Santidad. Sin embargo, hay una excepción con las reinas católicas, que son las únicas mujeres que pueden ir vestidas de blanco. Ellas son las Reinas de España, las de Bélgica, las Grandes Duquesa de Luxemburgo y las Princesas de Mónaco. No cuentan con este privilegio ni la Princesa de Liechtenstein pese a que es una Monarquía católica, ni tampoco reinas que no hayan renunciado a su fe católica como Máxima de Holanda, que aunque sigue profesando esta religión, es la Reina consorte de un país protestante. Y como las Princesas de Mónaco pueden ir de blanco como consortes del Príncipe de Mónaco, Charlene pudo haber vestido de este color, algo que ya hizo en su audiencia papal en 2016, pero en esta ocasión optó por el negro.
Durante su paso por El Vaticano, Alberto y Charlene de Mónaco fueron vistos caminando juntos, con una Princesa de Mónaco que mostraba un gesto sereno y de recogimiento prueba de su ferviente catolicismo. Criada como protestante, Charlene de Mónaco abrazó la fe católica al casarse con Alberto de Mónaco en 2011. Desde entonces ha mostrado una gran devoción y se ha agarrado a la religión para superar los peores momentos de su vida, como los que vivió durante la infección otorrinolaringológica que sufrió y que ya es cosa del pasado.