La Princesa de Noruega ha disfrutado de unas vacaciones deportivas en Rallarvegen en muy buena compañía.
Mette-Marit de Noruega tiene muchos motivos para sonreír, pero también para estar preocupada. La causa de sus males es su salud, que no le ha dado tregua durante años. Después de que le diagnosticaran el síndrome de los Cristales llegó algo más demoledor: sufre fibrosis pulmonar crónica.
Esta dolencia es grave y no tiene cura, aunque la Princesa de Noruega está demostrando que se puede llevar una vida lo más normal posible e incluso realizar algunas gestas que quizás muchos no esperaban: unas vacaciones de aventura.La consorte de Haakon de Noruega ha compartido en su cuenta de Instagram un amplio reportaje fotográfico de su escapada natural a Rallarvegen, donde ha realizado una excursión en bicicleta con una cuñada con la que se lo ha pasado en grande.
La Princesa Mette-Marit ha hecho un gran esfuerzo al realizar esta ruta en bici por Noruega, una de las mecas del ecoturismo y el turismo deportivo y de aventura. En las imágenes se le puede ver feliz y emocionada al cumplir esta gesta, aunque ha comentado que en las fotos no se aprecian ni la lluvia, ni la niebla ni el cansancio. Por lo que ha dado gracias es por haber vivido esta aventura con una compañía tan especial. El cariño de los suyos
Entre los comentarios recibidos destacan tres. Uno de ellos es un emoji cariñoso de Juliane Snekkestad, novia de su hijo Marius Borg; los otros dos vienen de dos personas también cercanas y queridas. El primero es de su querida cuñada Marta Luisa de Noruega, con la que Mette-Marit tiene una relación muy especial, y el segundo es de Shaman Durek, pareja de la Princesa Marta Luisa, que le ha dicho que le quiere y le echa de menos.
Mette-Marit de Noruega ha pasado un verano agradable entre Formentera y su residencia de verano, Vogts Villa, en la isla Dvergsøya de Noruega. Antes de retomar sus compromisos oficiales ha querido disfrutar de esta aventura en la que se ha puesto a prueba y ha demostrado su valentía.