Galería: Juicio por el Caso Nóos
Iñaki Urdangarín tenía una cita este jueves 23 de febrero de 2017 a las 10:30 horas en la Audiencia de Palma para la celebración de una vistilla en la que el fiscal Pedro Horrach iba a tomar medidas cautelares contra él y contra Diego Torres, condenados a 6 años y 3 meses el primero y a 8 años y 6 meses el segundo.
Después de una maniobra de despiste realizada el pasado martes, Iñaki Urdangarín regresó a su casa de Ginebra. Espero hasta el final, ya que salió de su residencia en la madrugada del jueves con destino al aeropuerto de la ciudad suiza. Fue perseguido por un reportero de 'El Programa de AR', que le fue haciendo varias preguntas que no tuvieron respuesta.
Resultó cómico ver que fue a esperar el autobús. No llegaba, así que esperó junto al periodista, que llegó a ofrecerle el coche que había alquilado para llevarle a la terminal. Evidentemente Urdangarín rechazó amablemente el ofrecimiento y le dio las gracias por su trabajo, buscando también que se marchara. Finalmente llegó el bus, se montó y cogió el vuelo de las 6 de la mañana.
Urdangarín y Torres, contra la petición del fiscal
Eran las 10:15 horas cuando el marido de la Infanta Cristina llegó a la Audiencia de Palma. Con rostro serio que evidenciaba preocupación y una mochila a la espalda en la que llevaba algunos enseres personales por si le pedían prisión sin fianza, Urdangarín entró en el edificio entre gritos de 'chorizo' y 'ladrón', algo que lleva 5 años escuchando.
Finalmente se ha conocido que el fiscal Horrach ha hecho lo que decía que seguramente iba a hacer en la vistilla y ha pedido prisión preventina con fianza para los dos principales condenados por el Caso Nóos. En el caso de Urdangarín, pide una cantidad de 200.000 euros si quiere eludir la prisión preventina, mientras que para Diego Torres solicita 100.000 euros.
La Abogacía de Baleares ha mostrado su conformidad con la petición del fiscal. Por su parte, la Abogacía del Estado ha exigido para Diego Torres medidas como embargo o la retención de ingresos. Ambos acusados se defienden a través de sus abogados, que se han opuesto a las medidas cautelares del fiscal. Ahora, la última palabra la tiene el tribunal.