El Monarca no se fijó en que una alfombra no estaba bien colocada en el Palacio de La Zarzuela.
El Rey Felipe no lo está pasando bien. Después de una Semana Santa que vivió en privado, tocaba despedirse de las vacaciones en Mallorca con la Misa de Pascua en la Catedral de Palma. El rifirrafe entre la Reina Sofía y la Reina Letizia le dejó estupefacto y tuvo que llamar a su madre y a su mujer al orden, lo malo es que la escena fue grabada y la ha visto todo el mundo, con el consiguiente escándalo.Ante todo el revuelo, en el que Felipe VI no tiene arte ni parte, ha seguido con su agenda con normalidad, como si tal cosa, que es lo que tiene que hacer. La semana ha sido particularmente intensa. El Monarca realizó una visita al Regimiento de Guerra Electrónica nº 32 en la Base Militar El Copero de Dos Hermanas (Sevilla).
Al día siguiente, mientras la Reina Letizia regresaba a la vida oficial tras el escándalo, el Jefe del Estado recibió las Cartas Credenciales de los nuevos embajadores de Guinea, Nepal, Jordania, Austria, Tayikistán y Bhutan en el Palacio Real.Una alfombra mal colocada
Para cerrar la semana, recibió audiencias a una representación de Líderes Iberoamericanos participantes en la primera Escuela Iberoamericana de Liderazgo (EILx), a una delegación del Congreso de los Estados Unidos de América y a la Selección Nacional de Balonmano.
Hasta ahí todo bien, pero de camino a la primera de las audiencias no se fijó en que la alfombra estaba un poco levantada y tuvo un pequeño tropiezo. Afortunadamente no fue nada importante y siguió adelante como si tal cosa.