Finalmente se dijo que a lo largo de 2018 se realizarían una serie de homenajes públicos tanto para el Rey Juan Carlos como para la Reina Sofía, que llega a octogenaria el 2 de noviembre. Por si fuera poco, el 8 de diciembre se cumplen 40 años de la Constitución, por lo que Casa Real tenía pocas excusas. Sin embargo, el Rey Juan Carlos está triste.
Especialista en nadar en aguas revueltas
Aunque sabe que quizás no es la mejor idea, el Rey Emérito sigue erre con querer un festejo como el del Monarca de Noruega: "Él cree que merecería un homenaje como el de Harald de Noruega. Se dijo esa cosa forzada de 'a lo largo del año le haremos homenajes', que ha caído en saco roto. Está dolido. Una fiesta así de tres días como lo de Harald no. Se tendría que diseñar a la medida de este país y sus gustos, pero nosotros no somos quién para diseñar esto. La Casa Real debe contar con asesores expertos en marketing y monarquías; jefes de protocolo para diseñar actos austeros, sobrios que no ofendan a nadie y den realce y propaganda a la Corona, que esto no deja de ser imagen para la Corona. En Zarzuela este departamento debe tener menos personal. Es el siglo de la imagen y ellos lo llevan mal. Unos actos de 3 días con fuegos artificiales nos reiríamos aquí y lo encontraríamos ridículo. Que inventen y discurran algo apropiado a la austeridad en la que estamos obligados a dar", asegura la escritora.
Pilar Eyre aprovecha para alabar algunas cualidades del que fuera Jefe del Estado: "Tiene una gran experiencia y pienso que el discurso si lo hubiera hablado con Juan Carlos no lo hubiera hecho así. En Catalunya no gustó; Juan Carlos lo hubiera hecho de otra manera que hubiera creado menos críticas en Catalunya. El Rey Juan Carlos es especialista en nadar en aguas revueltas, tuvo que desenvolverse entre Don Juan y Franco, es un gran diplomátco aunque no lo parezca, se crece en las situaciones difíciles".
Por otro lado, manifesta que para contentar al Emérito le hace falta una novia: "Esa compañía que le daba Corinna... estaba efervescente, se cambió el pelo, estaba moderno... Es un gran amador, ha sido un gran amante... necesita una compañía femenina que le dé ilusión. Finalmente y en relación al escándalo que supuso su intervención telefónica en 'Salvados' en medio de la entrevista con José María García, ha comentado que está muy enfadado, pero que se ha mostrado como es él, apuntado al típico lenguaje malhablado de los Borbones: "Es así, una persona abrupta, estaba acostumbrado a que nadie le criticara cuando era Rey, ahora como Emérito es el eslabón débil, estaba enfadado, dolido y le sentó fatal... se había sentido traicionado y piensa que eso no se tenía que haber emitido. Le parece una jugada sucia y no le gustó. El Rey se siente solo y dolido y cree que somos unos ingratos", apunta Pilar Eyre.