El percance se produjo a raÃz de un choque entre el vehÃculo del PrÃncipe Felipe y un segundo automóvil en una intersección a la salida de los terrenos de Sandringham. No se sabe cuál de los dos fue el culpable, pero quien se llevó la peor parte fue sin duda el marido de la Reina, cuyo todoterreno salió despedido varios metros y volcó.
Daily Mail desvela que en el otro coche viajaban una madre y su bebé de nueve meses junto a una tercera mujer. De todas ellas, la única que sufrió daños fue esta última: un brazo roto y una rodilla lesionada. La máxima preocupación era sobre el estado del bebé, pero afortunadamente no ha sufrido ningún daño.
En cuanto al Duque de Edimburgo, un testigo presencial fue quien le ayudó a salir del coche y asegura que lo primero que dijo fue: "¡Mis piernas! ¿Dónde debo poner mis piernas!" Se encontraba en un estado de gran conmoción, pero aún asà rápidamente se acercó por sus propios medios a donde estaban las mujeres junto al bebé para comprobar si todos estaban bien.
Tras llamar a la policÃa de Norfolk, los cuerpos de seguridad trasladaron al consorte real de nuevo a Sandringham, donde deberá permanecer 48 horas monitorizado para que los médicos puedan asegurarse de que no hay ningún daño interno. A su lado se encuentra desde el primer momento la Reina Isabel II, quien por lo que ha sabido está "muy disgustada" con su marido.
Las posibles consecuencias legales del accidente
El citado medio se ha puesto en contacto con las fuerzas de seguridad del condado y estas aseguran que investigarán el incidente "como hacen con todos", sin ningún trato de favor y "averiguando si hubo alguna acción inapropiada". En caso de que la investigación desvela que la culpa fue del Duque de Edimburgo, este podrÃa enfrentarse a una acusación por "conducir sin el debido cuidado y atención, pero podrÃa evitar el juicio si entrega su permiso de conducción".
Este gran susto ha abierto un debate en torno a las medidas de seguridad que deberÃan proteger a la realeza pero sobre todo en torno a si el PrÃncipe Felipe, con casi 100 años, deberÃa seguir conduciendo su propio vehÃculo (como también hace su esposa).