No hay Visita de Estado que se precie sin cena de gala, banquete que suele celebrarse al final del primer día de un desplazamiento oficial de estas características. En esta ocasión, fueron los Reyes Felipe y Matilde de los Belgas quienes agasajaron a sus ilustres invitados, los Reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, que realizaron una Visita de Estado a Bélgica para corresponder a la que sus homólogos realizaron a Países Bajos en 2016.
Países Bajos y Bélgica son vecinos muy bien avenidos que buscan siempre colaborar más estrechamente. Además, sus respectivos Reyes tienen una relación muy estrecha, sobre todo en el caso de Máxima de Holanda y Matilde de Bélgica, que forjaron una amistad muy fuerte que muestran cada vez que se encuentran públicamente. Y como además de amigas, cuentan con un impresionante joyero, había muchas esperanzas puestas en este Cena de Estado que no defraudó.
Joyas simbólicas y otros dos royals invitados
Felipe y Matilde de los Belgas abrieron las puertas de su residencia, el Palacio de Laeken, para organizar un banquete de Estado celebrado el martes 20 de junio de 2023 que no quedó deslucido ni por la lluvia que caída con fuerza en el exterior. Todo debía ser grandioso para agasajar a sus invitados en el año en el que Felipe de Bélgica y Guillermo Alejandro de Holanda cumplen 10 años en el trono, lo que también les une, y en el mismo año también en el que se cumplen tres décadas de la muerte del Rey Balduino de los Belgas, que casualmente poco antes de su muerte había realizado una Visita de Estado a Países Bajos.
Había mucha expectación por ver qué tiaras elegían una y otra, y sabiendo de la importancia de esta Visita de Estado, que no podrá volver a producirse hasta que haya cambio de reyes, supieron estar a la altura. La anfitriona, Matilde de Bélgica, impresionó con la tiara de las Nueve Provincias.
Se trata de una joya muy simbólica y está considerada la más importante del joyero de la Casa Real Belga. Solo puede ser llevada por la Reina de los Belgas y representa la unidad de las nueve provincias que compusieron el Reino de Bélgica cuando se creó. Esta tiara se creó en 1926 para la Princesa Astrid de Suecia con ocasión de su boda con Leopoldo de Bélgica. Leopoldo y Astrid fueron los abuelos paternos del Rey Felipe de los Belgas.
Pero hay más. La Reina Matilde, que se enfundó un vestido azul pálido de Armani Privé, se colocó como collar la tiara Wolfers, un homenaje a la Reina Fabiola, esposa del Rey Balduino y por tanto tía política de los Reyes Felipe y Matilde, a la que estaban muy unidosr. Esta joya fue creada por el joyero belga Wolfers para la Reina Fabiola, que lo llevó como tiara y como collar. Fue de hecho la joya que adornó la cabeza de la española en la citada Visita de Estado a Países Bajos realizada en 1993 por Balduino y Fabiola de los Belgas. Parece evidente que la Reina Matilde no escogió esta pieza al azar.
Y si la Reina consorte de Bélgica impresionó, no lo hizo menos la Reina Máxima de Holanda, una de las royals que más disfrutan adornándose con las pieza del espectacular joyero a disposición de la dinastía Orange-Nassau. Para esta cena de Estado escogió la tiara Stuart, la misma que llevó en la boda de Hussein y Rajwa de Jordania el 1 de junio de 2023, pero esta vez al completo. No faltó el collar Stuart con el que consiguió deslumbrar, igual que lo hizo con su vestidazo de Jan Taminiau.
Las dos reinas estaban encantadas en este banquete de Estado en el que no pararon de mostrar la excelente relación que les une. Ambas se mostraron cómplices incluso durante la sesión de fotos previa a la cena de Estado, donde compartieron algunas impresiones antes de que aparecieran otros royals invitados al banquete.
Estos dos ilustres invitados fueron la Princesa Astrid y el Príncipe Lorenzo, a los que Felipe de los Belgas invitó a asistir como miembros de la Familia Real Belga. La Princesa Astrid de Bélgica, que representa a la Corona y tiene por tanto agenda oficial, eligió como tiara la de Saboya-Aosta, pieza perteneciente a su suegra, Margarita de Saboya-Aosta, fallecida en 2022 a los 91 años. Así no hizo falta que acudiera a un joyero real que está en menos de la Reina Matilde.
Tras el banquete, se sirvieron el café y unos dulces en el Winter Garden de Laeken, donde los invitados pudieron charlar más relajadamente. Y allí, nuevamente Máxima de Holanda y Matilde de Bélgica aprovecharon para seguir poniéndose al día antes de la finalización de una Visita de Estado que nunca volverá a repetirse con estos dos reyes y estas dos reinas.