El padre de la Duquesa de Sussex protagonizó un gran escándalo cuando a pocos días de la boda real se descubrió que las imágenes que se habían tomado de él probándose un traje y viendo fotos del Príncipe Harry y Meghan Markle en un cibercafé eran un montaje urdido con un paparazzi. Por si fuera poco, tuvo que ser operado del corazón, por lo que se perdió la boda, en la que su papelera llevar a su hija al altar.
En referencia a la boda, que siguió por la tele, recuerda que estaba preciosa y que lloró al ver a Meghan Markle tan feliz: "Estaba muy orgulloso de que el mundo entero estuviera viendo a mi hija", comentó también Thomas Markle. Por otro lado, reconoce que tuvo celos de su consuegro, el Príncipe de Gales, al ser él quien llevó a la Duquesa de Sussex en el último tramo de la Capilla de St. George de Windsor Castle camino al altar: "No puedo pensar en mejor sustituto que alguien como el príncipe Carlos. Lloré de alegría de que lo hiciera. Solo que me hubiera gustado que hubiera sido mi mano la que sostuviera la suya".
Más curioso resulta lo que contó echando la vista más atrás. Meghan Markle llamó un día a su padre para contarle algo importante: "Papá, tengo novio". Él contestó que le parecía muy bien. Después le contó que era británico, algo a lo que respondió igualmente que le parecía estupendo. Ya en la tercera llamada le dijo: "Es un príncipe, es Harry". Y a él le pareció bien. También por teléfono, el Príncipe Harry le pidió la mano de Meghan Markle: 'Eres un caballero. Prométeme que nunca le pondrás la mano encima y entonces te doy mi permiso". Y así, el Príncipe Harry tuvo 'permiso' de Thomas Markle para casarse con la mujer de su vida.